Todo el mundo necesita de vez en cuando hacer un parón en la vorágine del día a día para descansar y cargar pilas
de la manera que sea. Hay gente a la que le gusta ir a un spa o hacer un viaje, otros coleccionan mapaches por tamaños o estudian el cambio del pelaje testicular del macaco común; y a ti te resetea el disco duro hacerte un bicho-bola con tus dos hermanas de otros padres. Beberte hasta el agua de las alcantarillas también.
Así que dicho y hecho, ya tocaban las 24 horas de Le Blonde: 24 horas
non stop sin hijos, ni marido, solo con tus dos mejores amigas en Madrid. Fantástichen, ¿qué podía salir mal?
Pues mal no sabes, pero salir salió: Fue bajar del AVE y salirte la madre de todas las almorranas en la trastienda. Olé ahí.
Pues mal no sabes, pero salir salió: Fue bajar del AVE y salirte la madre de todas las almorranas en la trastienda. Olé ahí.
Menos mal que solo estuviste 24 horas porque a las 6 horas de poner un pie en
Madrid ya te habías bebido dos botellas de vino, hecho un tattoo y conocido una hemoamiga.
Menos mal que se necesita más que la aparición por generación espontánea de los morros del negro de "Only you" en tu culo para joderte un fin de semana de furcieo. Así que tu badass, tu hemoamiga y tus dos hermanas de otros padres decidisteis, a tus casi cuarenta palotes, haceros un tatto, vuestro primer tattoo chispas.
Como tres adolescentes os plantasteis en el primer sitio del centro de Madrid con buenas referencias en Pinterest, diseñasteis el tatto y os dispusisteis a entrar en el colectivo de gente molona tatuada por la puerta grande: chillando como ratas histéricas de la emoción.
Te dijo el chico que por la
zona te iba a doler un poco, así que te acomodaste para llevar el dolor lo mejor posible y de repente notaste como un cosquille....zzzzz...zzZZzzz.....
Al cabo de un rato cuya duración no recuerdas pero que te supo a gloria bendita, una voz te despertó: "¿Te has dormido? ¿No te ha dolido?"
A lo que limpiándote el chorrillo de baba le respondiste que dolor es pisar una pieza de
lego descalza, que estar tumbada en una camilla sin hijos orbitando era un puto milagro que no podías desaprovechar.
Por la noche fuisteis a un antro de furcieo para todos los gustos de lo más divertido, en Hortaleza, donde estuvisteis seis horas non stop de bailoteo. Tus amigas te disfrazaron de millenial y ni tan mal oye, con la boca cerrada y el monedero guardado parecías millenial y todo.
Por la noche fuisteis a un antro de furcieo para todos los gustos de lo más divertido, en Hortaleza, donde estuvisteis seis horas non stop de bailoteo. Tus amigas te disfrazaron de millenial y ni tan mal oye, con la boca cerrada y el monedero guardado parecías millenial y todo.
Sí, me pasé la noche entera ebria y como una subnormal diciéndole a todo el mundo que me había hecho un tattoo,
como si hubiera hecho algo inaudito para el hombre. SUB-NOR-MAL.
A la que abrías el monedero para pagar copas quedaba a la vista tu Hall of fame portátil con las fotos de tus tres rumanitos apadrinados (aka hijos) y el aura de millenial se desvanecía.
Boris, Dimitri i Nikolai XD
Imposible identificar al gemelo con autismo con esas caras (...)
Los dos chupetes que llevaste todo el fin de semana en uno de los bolsillos del abrigo también te recordaron constantemente de dónde venías y hacia dónde iríais tú y tu resaca al día siguiente.
24 horas de vino, copas,
risas, tattoos y muchos abrazos con tus dos hermanas de otros padres le
resetean a cualquiera la vida. Volviste con las pilas físicas al 30% porque no
paraste y apenas dormiste, sin poderte sentar por culpa de la puta almorrana pero con
las pilas emocionales a tope y preparadas para afrontar los próximos embistes
de la vida. ¡Seguimos! :-)