martes, 21 de abril de 2020

Abraza el caos y deja fluir el flow.

En esta casa sobrevivís porque como dice tu madresférica amiga Mónicahas aprendido a abrazar el caos. Y con él a dejar que fluya el flow.

Y qué menos si tienes en casa la fuente original del flow infinito: el padre y su metabolismo caribeño.

Si lleváis 40 días encerrados calculas que tu marido va por su quinto día de confinamiento, a su ritmo, sin prisa. Pero el resto de la familia empezáis a acusar el mes largo que lleváis confinados.

Jomío cumple 10 años mañana en pleno confinamiento y lo lleva regulero. Cuando está entretenido es feliz pero cuando se aburre se agobia hasta extremos de drama grecorromano y va como alma en pena por la casa.

Los gemelos lo llevan bastante decentemente, incluso Leo que es autista. Solo ha necesitado salir 2 veces en 40 días y romperos 3 cables de cargador en 2 días porque de toda la vida de dios que arrancar cables a lo vikingo relaja. Por lo demás, lo de estar pegados a vuestro culo todo el santo día les está sentando de maravilla, igualito que a sus padres (guiño, guiño). Ellos son los que aportan el caos y la energía infinita a esta casa. Con ellos eso sí,  habéis renunciado a llevar al día las actividades de la escuela, no os da la vida y además en esta casa no disponéis de:
  • Cartulinas DinA4, A5, A3, A2, R2, D2, C3, PO.
  • 256 rotuladores de colores gordos y finos, y no tan gordos y no tan finos.
  • Pegamento en barra, líquido, spray, aspersor y a manguerazos.
  • Materiales reciclados: cilindros de papel higiénico, de rollos de cocina, hueveras de huevos de gallina, de codorniz, de avestruz y de dinosaurio.
  • Purpurina de unicornio y materiales de texturas varias para los talleres sensoriales.
Aún tuvisteis suerte y os pilló el confinamiento con tres bolis bic azules y uno rojo.
Y tú, culo de mal asiento, estás haciendo teletorturatrabajo. Tu jornada es lo más anárquico e impredecible que te ha pasado en la vida pero has aprendido a contar con tu flow para sobrevivir. Porque cada puto día la misma historia.

Te despiertan los gemelos a las 7 porque vienen a vuestra cama a daros besos y patadas en la misma proporción. Desde esa hora ya empiezan a pelearse y a pedir el desayuno. Normalmente te hace salir de la cama una patada en la vejiga que a esas horas anda llena. Les preparas el desayuno, se dejan la mitad, ensucian la totalidad y se largan al comedor.

Les pides que se quiten el pijama y se vistan. Te ignoran. Pero no te alteras, el flow yatusabeh...

A las 9 tienes la primera vídeo, una stand up rutinaria con el equipo. Te salen los dos gemelos por detrás saludando a la gente por su nombre. “¡¡Ooohhh que monoooooos!!!”. Monos TUS COJONES.

Los echas, vuelven a entrar. “¿Con quién hablas? ¿Quién es éste?”. Que os vayáis. Y te llenan a besos  delante de todos haciéndote quedar como una borde. Después no habrá manera humana de que vengan a saludar a lo abuelos en una vídeo familiar pero si es de trabajo, pegados como lapas al pc.

En algún punto aparece el mayor ofendido con el cosmos porque precisa de tu ayuda para con sus deberes.
Paras tu actividad y te aplicas con él mientras él se rasca los huevos a dos tiempos a tu lado. Te cabreas. Se agobia. Te agobias. El padre que pasaba por allí hace el moonwalker porque sabe que si se acerca cobra.

Consigues que se aplique y que haga los ejercicios con “más o menos” buena letra. Es el poder del flow. Y de cuatro amenazas de una muerte lenta y dolorosa. Pero con mucho flow.

¿Podré jugar a la play después?”. Le dices que sí pero con tono de “perdona vidas” porque sabes que no puedes negársela. La play os está salvando a todos en esta casa porque no solo vive de juegos bélicos y bien conducida es una mina de entretenimiento familiar. Pero sí, matar orcos y zombies relaja un huevo y al flow hay que alimentarlo de vez en cuando.

Cada 10 minutos los gemelos se discuten por la tablet. Después por los portátiles, tienen uno cada uno y ambos son exactamente iguales pero se pelean porque quieren el del otro y viene el drama. Leo se pone a chillar. Massimo le riñe. Después se pelean por tus móviles. Y de repente se ponen a jugar tan contentos al bingo juntos (¡ZEZENTA Y TREZ! Un zeiz y un trez.). La paz dura lo que tardas en ir a sentarte frente al ordenador.

A la hora del “¡Mierda la comida!” sale el padre al paso y se encarga él. Ni te preocupas en preguntar qué comerán porque van sobrados de nutrientes. Lo que te preocupa es que la nevera no esté al 100% de su capacidad porque tus hijos ante hambruna inminente se comen al miembro de la familia más débil, tú.

Devoran. Ni siesta ni ostias. Aprovechas que están con la barriga llena y un poquito menos activos para intentar trabajar. Trabajas 40 minutos y empiezan Los Juegos del Hambre de la tarde.

A las 18:00 todos a la terraza aunque diluvie y haya vientos huracanados. Intentáis con poco éxito que hagan algo de ejercicio y cuando os dais por vencidos ellos solos empiezan a perseguirse y a correr de una punta de la terraza a la otra terminando agotados y sudados.

El padre prepara entonces una barra de pan entera de bocadillos para merendar. 

Yo quiero frambuezaz y un kiwi”. De verdad que hay un gemelo que no parece hijo vuestro. Fruta para él, veneno para el resto.

Seguís en la terraza haciendo el cernícalo. A las 20:00 a aplaudir. Tu naturaleza histérica te hace arrancarte a las 19:45 pero gracias al flow consigues esperar hasta las 19:48.

Aplaudidos los sanitarios, los trabajadores de primera necesidad, los niños, las mascotas, Batman y Santa Claus, arrancáis la rutina de noche cuya meta es el sofá libre de niños.

Se encarga el padre porque tú tienes vídeos de trabajo por el desfase horario con Estados Unidos. Tus compañeros de allí creen que padeces algún tipo de trastorno mental porque ellos están recién levantados, duchados, centrifugados, esponjosos y motivados y tú estás con pintas de náufrago y de estar al borde del suicidio.

Finiquitada la jornada laboral haces media hora de ejercicio intenso con la app Centr del mismísimo Thor (Chris Hemsworth) que tiene una sección de meditación narrada por The God of Thunder himself y eso te carga el flow y te permite sobrevivir a un día más. Y es que tu flow tiene la voz profunda de Chris Hemsworth que para eso es tu flow y le pones la voz que te da la gana. Abrazad a Chris Hemsworth amiguis, digo el flow, ¡abrazad el flow!.

2 comentarios:

  1. Gracias, una vez más llega tu post en el momento perfecto.

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  2. M'has fet riure molt en un dia mierder total!!
    T'ho agraeixo fins l'infinit!!!

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