viernes, 11 de noviembre de 2022

Soy autismom.

Y a veces se me olvida. Se me olvida que esto es duro y es de por vida.

Y es que, aunque Leo es una infinita maravilla y nosotros lo llevamos muy bien, siempre hay días y siempre va a haberlos en los que todo se vuelve negro oscuro como el ojete de un orco de Mordor.

Esta mañana ha sido uno de esos días. Y lo ha desencadenado una soberana y efímera gilipollez, o no.

Long story, short: Los gemelos van a 3ero de primaria. Hoy tenían excursión en el colegio, pero hace un par de días que la cancelaron porque había previsión de lluvia para hoy. Informaron a los niños para que informaran a sus padres. ¿Me informaron mis hijos a mi o a su padre? No. Leo porque es autista y la comunicación es punto débil. ¿Te informó por otra vía la escuela para asegurarse de que te llegaba el mensaje? No. ¿Te molesta? Pues tampoco porque me gusta que traten a Leo exactamente igual que al resto de sus compañeros y a mi exactamente igual que al resto de las mamás.

Llegamos a la escuela esta mañana, hago el desembarco de rubios y salen corriendo hacia el edificio principal. Y veo a mi lado a un par de mamás de su clase y de repente mi sentido arácnido me dice que algo no va bien porque sus hijos llevan las mochilas normales en lugar las de excursión y confirmo, efectivamente, que hoy no hay excursión (los nubarrones del cielo también sugerían que hoy excursión poca pero a mí, que me planté un mes de junio en Estocolmo en chanclas, a optimista no me gana nadie).

Y yo: ¡Ostras! ¡No lo sabía, no me han dicho nada!

Y una de las mamás: “No te preocupes, no pasa nada”.

Y ahí AHÍ mi cerebro ha hecho un CLIC. Y supongo que se me ha notado en la cara porque han insistido: “No te preocupes mujer que no pasa nada. Verás como la maestra...blablabla” Y he dejado de oír. Se me ha puesto el corazón a mil, me he dado media vuelta, me he subido al coche y me he vuelto a casa llorando como una magdalena.

En esa fracción de segundo de CLIC he pensado, sentido y vivido en lo más profundo de mis entrañas que evidentemente mi hijo a diferencia del resto de niños no me ha informado porque es autista, y me he dejado llevar por el catastrofismo mental: nunca será autónomo, nunca podremos comunicarnos de manera efectiva, nunca tendrá amigos, será víctima de bullying, nunca, nunca, nunca y un largo etcétera de torturas mentales. 

Me he tirado llorando una hora, por suerte estaba el padre en casa que es la máquina perfecta de abrazos y la persona más tranquila y racional que conozco. Y juntos hemos echado la vista atrás recordando dónde estábamos hace 5 años cuando nos dieron el diagnóstico y dónde estamos ahora, y eso me ha devuelto la cordura. Suerte la mía de tenerle.

Llevábamos dos días en casa hablando de la excursión, entre otras cosas por la anticipación para Leo y porque soy una motivada.

Yo: “¡Qué guay mañana de excursión!”

Y ellos: ¡Siííí!

Yo: ¿Y de qué queréis los bocadillos?”

Y los dos: “¡Yo de jamón! ¡Y yo de queso!”

Yo: ¿Tenéis ganas de ir?

Ellos: ¡Síííí!

Yo: ¿Y a dónde vais?

Mass: ¡A la torre de la Carrova!

Leo: ¡A la rotonda a ver señales!


Aquí tendría que haber confirmado lo de la excursión con las otras mamás dada la discrepancia de opiniones ya que ambos iban a la misma. Lección aprendida por mi parte.

Leo tiene la excusa de su autismo pero el cernícalo de su hermano gemelo no. En su caso se conoce que el tamaño de sus cojonazos le afecta a la memoria a corto plazo. Por lo visto a parte de autismom soy cojonazosmom.

 

4 comentarios:

  1. Pues ánimo y mucho cariño.Tengo un chico discapacitado y sí se llora mucho, pero hay que seguir adelante y con alegría porque ellos se lo merecen.Un beso de corazón

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  2. Para mi eres una mama ejemplar y única!!
    Cuando mas te conozco Alba, mas te admiro y te aprecio, porque sabes hacer las cosas senzillas aunque no lo sean, les das la vuelta y zassss, ya son positivas!! y

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  3. Y cómo se tomó Leo la noticia en la clase? Porque yo estaría acojonadísima….😅

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  4. Entiendo los momentos de desesperación , pero por suerte Leo tiene la suerte de teneros: unos padres concienzados y maravillosos. Por cierto me encanta tu humor!!!

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