Ya que no sigo una cadencia constante de publicación, voy a no seguirla tampoco de contenido porque el post de hoy no va de maternidad, autismo o vikingos. Va de yankees.
Hace 6 años que la empresa en la que trabajo fue adquirida por un fondo de inversión americano ubicado en Los Angeles, California.
Desde entonces afortunadamente mi carrera profesional se ha visto impulsada y hoy en día la cobertura de mi posición no es solo española sino también internacional, incluye toda Europa y Australia. Y sinceramente, vivir en un mierdapueblo como diría Mamá en Alemania y tener un trabajo con proyección internacional lo mola todo y muy fuerte si eres un culo de mal asiento como yo. Porque pisar un aeropuerto y subirme a un avión me da años de vida.
Después de 6 años trabajando diariamente con un equipo americano (Nota: el gentilicio oficial de los estadounidenses en Estados Unidos es American, no hay palabra equivalente para estadounidense así que les llamo americanos que es más corto) creo que los conozco un poquito como para sacar mis propias conclusiones sobre el país del tío Sam.
Cuando digo que trabajo diariamente es que me paso 7 de las 8 horas diarias (sino más) de curro trabajando codo con codo con ellos. Hoy puedo decir que tengo muy buenos amigos allí.
Pues bien, si bien es cierto que los americanos son la polla y podría hacer una lista bastante larga de motivos por lo que ni jarta de vino me iría a vivir allí, también lo es que, aunque pueda sorprender, también tienen cosas buenas. Dos para ser exactos.
Tienen una autoestima de titanio.
En Europa somos imbéciles. No hay más. Los americanos cagan un ñordo del tamaño de Oklahoma y te lo venden como si fuera lo puto más y la gente lo compra. Y se lo creen. Y lo gozan. Y se forran. Y lo vuelven a gozar.
En Europa somos más ¿humildes?, ¿prudentes?... Gilipollas, lo que somos es gilipollas. No digo que seamos mejores (que podría abrir el melón :p) pero no confiamos en nuestras capacidades ni de lejos la mitad de lo que ellos creen en sus (a veces inexistentes) habilidades y capacidades. Y así les va y así nos va.
Cuando en las típicas pelis americanas repiten una y otra vez lo de “¡¡Cree en ti mismo!!” Coño que lo dicen en serio, no solo para que soltemos la lagrimita en el clímax de la peli. Pero hay que creérselo con esa inocencia que irradian ellos, que tú les ves y piensas: “Pero míralos que bonicos, han hecho un monumento de mierda y lo venden como si fuera la Sagrada Familia, ¿no son adorables?”.
Un poco como cuando tu hijo pequeño todo motivado te presenta su última creación que es un collar de macarrones y tú lo admiras como si fuera un collar de Cartier. Pues lo mismo.
Esa convicción que un día tuvimos siendo niños deberíamos recuperarla. Porque ellos aunque tengan los huevos más peludos que la barba de un hipster aún la conservan.
Estados Unidos es el país de las segundas, terceras e infinitas oportunidades.
Aquí me quito el sombrero y lamo el suelo que pisan. Porque por estos lares lo decimos, pero no lo hacemos. Un ejemplo: Hace unos años contratamos a un técnico de selección en Los Angeles y cuando conocí a la candidata finalista me di cuenta de que sus 20 años de experiencia profesional previa eran como enfermera. ¡Era una enfermera! Y me explotó la cabeza. Hablé con mi jefa, sorprendida por la elección de la candidata finalista por su falta de experiencia profesional como técnico de selección, y me dijo: “Es perfecta. Tiene un par de cursos en Recursos Humanos y en Selección, y muchas ganas de aprender y motivación. Además su experiencia como enfermera le da un bagaje muy valioso porque saber ver a las personas. Piensa que ha tratado durante 20 años con personas enfermas y sus familiares y eso te da unas habilidades y un enfoque diferente a la hora de seleccionar personas para otros puestos.”
ZAS. En toda la boca.
En España, ese CV no hubiera pasado de la criba inicial de la bandeja de recibidos por la falta de experiencia en selección. Punto. Hoy, esa técnico de selección sigue con nosotros y es la mejor. Y oye tener a una enfermera en la casa siempre va bien.
Y a la hora de emprender no se amilanan a la primera que las cosas les salen mal. No se acomplejan por fracasar. Lo siguen intentando hasta que funciona (o se mueren en el intento eso también, que a intensitos no les gana nadie).
De momento me quedo con estas dos aptitudes que admiro de mis colegas americanos. Que ya es mucho teniendo en cuenta que en mi primer viaje allí con esta empresa me pasó lo que siempre oyes de oídas y que dudas de si es verdad hasta que te pasa a ti. Algunos ejemplos reales que he vivido:
- Estábamos tomando algo, sonó Guns&Roses y una chica me preguntó si en España conocíamos a Guns&Roses.
- Otra chica me preguntó si le podía enseñar a bailar bachata. Realmente la geografía más allá de Estados Unidos no la tienen muy controlada.
- Un chico me preguntó si en España teníamos wifi. Tenía que haberlo grabado porque ésta la había oído pero no creía que fuera real. Pues lo es.
Podría compartir alguna más pero de momento voy a esperar a ver si conservo el trabajo después de publicar este post :b
¡Feliz semana!