viernes, 14 de febrero de 2014

Muerte por vergüenza.


Nada como un pequeño infarto repentino para ponerte a escribir.

Acabas de caer en la cuenta de que tú, bocazas de nacimiento y blanda por naturaleza, esta tarde tienes uno de los papelones de tu vida que no sabes cómo cojones afrontar así que tendrás a bien recibir sugerencias, consejos, collejas y donaciones, ya puestos..

Si es que no se puede ir tan de culo.

Hace unos días en pleno momento de enajenación mental y estrés monumental mañanero te comprometiste a hacer algo que te apetece lo mismo que comer mierda, o sea nada y menos.

Las mañanas en ca la rubia son como supones en todas las casas con vástagos económicamente dependientes: un puto estrés.

“Tómate la leche”
"No quiero”
"Pues cómete una galleta”
"Tampoco quiero"
"Una magdalena"
“No. Quiero croquetas”
“Que croquetas ni croquetos, espabila y bébete la leche que llegamos tarde".
“No quiero, dámela tú.”
Se la das.
“No, así no, con pajita.”
 Se la traes.
“No, la verde no, la roja.
...

Y así hasta que empieza el tic en el ojo derecho. Momento exacto de coger al vástago debajo del brazo, la mochila, el bolso, el casco y correr hacia el cole. 

Esto es el pan nuestro de cada día amén.

Pues esta semana, llegando un día a la línea de meta (aka puerta del cole) coincidiste con la madre de su amigo del alma, y no sabes cómo, acabaste accediendo a ir a pasar la tarde del viernes, oseasé hoy, a su casa para que los micos puedan jugar juntos y enseñarse sus juguetes y su cuarto y su todo. Pó fien, pó fale.

Pos no. Porque esto es crónica de una muerte anunciada. En cuanto piséis su casa y Jomío huya de tu vera para irse a jugar con su amigo, te resbalará una gota de sudor frío por la sien y lo sabes.

Vivimos muy cerca, que bien. No, no, tú primero por favor. ¿Dejo aquí la chaqueta? Vale. Oh, que salón más bonito, me encanta el estilo, ¿lo decoraste tú misma? Precioso. Sí, es verdad es un estilo muy castellano, ah ya veo que la abuela de Jomío en mi ausencia te ha puesto al día de todo nuestro linaje castellano-manchego. Ah, y también de nuestro fin de semana en Roma, la boda en Sicilia y mi operación de meniscos, muy bien todo gracias gracias...que maja la abuela...Ahá, y oye una cosita, nada una tontería….¿TÚ CÓMO TE LLAMAS?” 


No sabes su nombre. Esto pasará, lo sabes.