lunes, 31 de octubre de 2016

Una tonta motivada en la cocina, tú.

Eres una inútil en la cocina. Se dice poco por aquí y debería decirse más: eres una inútil en la cocina. Eres la más inútil de las inútiles. Si existiera un Dios de los inútiles en la cocina tú serías la asesora personal de la madre de ese Dios.

Y como a parte de inútil eres cabezota, de vez en cuando te empecinas en superarte a ti misma en despropósitos culinarios y ya hacía semanas que no probabas. Vaya por delante que no te atormenta ser una inútil en la cocina, lo llevas muy dignamente que lo tuyo es hacer niños comestibles, no platos comestibles.

La semana pasada te volvió a dar ese impulso suicida en la cocina. Y reafirmaste tu inutilidad.

En repostería. Porque lo de cocinar cosas que antes estaban vivas es algo que está más que fuera de tu alcance, esa liga es la Champions y tú eres más de partidillo de domingo de colegas resacosos. Tu objetivo es mucho más modesto. Sólo pretendes juntar cosas y meterlas en el horno con la esperanza de que salga algo comestible sin quemar la cocina. Fácil ¿no? ¡JA!

Cuando es que no, es que no.  Y no sabes por qué pero cuando se te mete entre ceja y ceja hacer algo, lo tienes que hacer en ese preciso momento. Eres incapaz de esperar el momento oportuno, por ejemplo por la noche cuando los niños duermen y puedes tener toda la cocina para ti sin niños apretando compulsivamente todos los botones del horno. No. A ti te dio el impulso a las 17:16h y a las 18:00h tenías que ir a por Jomío. Ahí, autopresionándote gratuitamente. Eres suicida de manual. Y bajo presión haces cosas irracionales como sustituir un ingrediente por otro que se le parece en el color. ¿Qué no tienes harina de coco? Pues coco rallado que también es blanco. Con dos cojones. Hombredepacienciainfinita lleva dos días escupiendo trocitos de coco.

Encima, autopresionada por tu autoimpuesta falta de tiempo, no te lees la preparación, sólo la lista de ingredientes. Y cuando los tienes todos en un bol, entonces lees: "primero batir las claras a parte". 

"Oops..., bueno pues todo a la vez total el orden de los factores no altera el producto ¿no?"

Pues vaya si los altera en la cocina. Nada de bizcocho, te salió un frisby de puta madre, plano como tu encefalograma. 
 Frisby de toa la vida

De sabor pasable, de textura como plástico era cojonudo.

A la segunda intentona te subió un poco, medio centímetro para ser exactos, te salió una cookie gigante blandita.

Súper cookie.


Y a la tercera te salió de un centímetro. Al menos la cosa ha ido subiendo aunque sea a su ritmo. 


Si tus "frisbys" van a subir a razón de medio centímetro por intentona, calculas que para el 16º cumpleaños de los gemelos ya te saldrá algo decente donde clavar las velas. 

Sólo necesitas tiempo y que el cernícalo de Jomío no te amilane que anoche cuando vio que volvías a sacar los moldes y las harinas dijo: 

¿Ya vas a volver a hacer otro pastel ‘de los tuyos?”

No sabes qué te resultó más faltón, si el YA o ese DE LOS TUYOS...



miércoles, 26 de octubre de 2016

#ElTemaDeLaSemana: 11 trucos de padres

Tus 11 trucos de madre.

  1. Casarte con un hombre de infinita paciencia.
  2. Encomendarte a San Mendelson para que vuestra descendencia heredara sus genes en lo que a temperamento se refiere. 
  3. Iros a vivir cerca de los cuatro abuelos.
  4. Invocar tu lado zen y tratar de no perder la calma cuando los tres cabritos están sobreexcitados corriendo por todos lados y comportándose como cabestros.
  5. Tener una ración de Baby Einstein lullaby siempre a punto.
  6. O en su defecto una de croquetas de la abuela.
  7. Jugar mucho con ellos y dejar que te utilicen de sparring
  8. Tratar de ponerte en su lugar y entenderles. Salvo cuando reniegan de la abuela ante la poli o piden alcohol en un restaurante.
  9. Hacer escapadas sin hijos de vez en cuando para no convertiros en compañeros de piso.
  10. Intentar dormir en cuanto los gemelos cierran los ojos aunque sean las 5 de la tarde.
  11. Limitar mucho las sesiones de Ipad. Tanto por su salud visual y mental como por vuestra autoestima, para que Jomío con 6 años no os de lecciones.
  12. Poner la lavadora/secadora/lavavajillas cuando los gemelos duermen para que no paren el programa 7 veces y lo bloqueen otras 7.
  13. Tener el teléfono de los abuelos muy a mano. Pero mucho. Tatuado en la mano.
  14. El padre y tú tenéis que estar perfectamente alineados. En esta casa los niños ganan en número y tenéis que apoyaros para vencer (y cuando penséis diferente, discutirlo en privado y hacer siempre lo que digas tú námásfaltaba XD).
  15. Que no vuelvan a faltar condones en la mesita de noche.

Eran 11 pero es que con tus 3 pichones se necesitan muchos trucos para sobrevivir ;-)






lunes, 24 de octubre de 2016

Los Madafacas.

Tener hijos no te mata. Te destroza, debilita, estresa y agota, pero matar no te mata. Palabra. Y dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, así que a estas alturas tu familia, y cualquier familia con estirpe en curso podría formar parte de los Vengadores, incluso podría fundar su propio equipo de personas extraordinarias, vosotros os haríais llamar: Los Madafacas.

La líder serías tú que para eso éste es tu blog. Serías la Mabosa. La mamá babosa que produce cantidades ingentes de baba por cualquier monería de sus vástagos, y por monería se entiende desde una sonrisa angelical a un pedo letal con sordina (Best pedo EVER, ná más faltaba). Tu fiel compañero sería Zombiedepacienciainfinita, que apenas duerme y rinde como el que más y a la vez ejerce de padre, trabajador y empotrador alfa de la manada.
Y en el equipo no podrían faltar los Cangüelos. Son la digievolución de los abuelos canguros a canguros perfectos. Un cangüelo  siempre es la mejor protección posible para tu hijo, porque:
  • Siempre están disponibles.
  • Quieren a tus hijos más que a ti.
  • Lo que que a ti te pone de los putos nervios que hagan tus hijos, en su casa son motivo de alborozo y alegría. No son fechorías, son actos heroicos y claras muestras del extraordinario desarrollo cognitivo de sus nietos.
Los cangüelos están programados para NO ver el lado oscuro de sus nietos y asegurar un perímetro de seguridad que garantice el bienestar físico, psicológico y emocional de sus nietos. Si alguien traspasa ese perímetro de seguridad el cangüelo se activa y reparte yoyas e improperios a diestro y siniestro. Claro ejemplo de cangüelo es tu padre.


Y te encomiendas encarecidamente al poder de los Madafacas y a las yoyas clarividentes del iaio para guiar a Jomío por el buen camino ya que últimamente está cortejando el lado oscuro de la vida. No sabéis si por gusto, despiste o desfachatez, pero le está pillando el gustillo a poneros en situaciones cuanto menos comprometidas. Como la semana pasada en un restaurante y no era la primera vez que lo hacía. Tras tomaros nota el camarero:

  • Camarero: “¿Tomarán vino los señores?”
  • Jomío *mirando la carta sin levantar la mirada y con toda la naturalidad*: “Para mi cava.”
  • Camarero: “¿ein?”
  • Yo: “Que cava ni cavo (gen madre dixit) agua natural para él.”
  • Jomío: *impertérrito* “Pero yo siempre bebo cava, me encanta el cava. Tráeme cava por favor.”
Jodido liante, por dos o tres veces que le habéis mojado los labios en cava en alguna celebración importante ya va de embajador del cava por el mundo. La cara del camarero siempre es un poema y cualquier día llaman a los servicios sociales.

Ayer le tocó el turno a la abuela. Iban en coche y les paró la policía para hacer un control rutinario y cuando la abuela le dijo al agente que se dirigía a casa con su nieto, Jomío gritó desde el asiento trasero: “¡no es mi abuelaaaa!”.

Menos mal, MENOS MAL que en iaioland os conocéis todos, porque a punto estuvieron de meter a la abuela en el calabozo como presunta secuestradora de nietos ajenos.

Lo bueno es que aún hay mucha inocencia en él y con ella esperanza, porque hace un par de días te confesó muy contento que le habían castigado a la hora de Educación Física a recoger pelotas por dejarse el neceser en casa y que volvería a dejárselo porque le había gustado mucho recoger pelotas y tener acceso al cuarto del material deportivo del colegio. El pobre no tuvo en cuenta que estaba tirando piedras sobre su propio tejado porque tuviste que ejercer de madre (que es un categoría mucho mejor que amiga) y desalentarle a repetirlo. Y de momento parece que aún tienes poder sobre él y que te escucha, pero oyes como la adolescencia se acerca a pasos agigantados y te estás haciendo caquita, literal.

viernes, 14 de octubre de 2016

Terrorismo nocturno.

Tus cabrones no duermen. Perdón, pichones, tus pichones no duermen.

21 mesazos entre huevo y huevo y aún no duermen más de 4 horas seguidas.

Nacieron con ocho meses y su primer mes de vida respirando por la nariz en lugar de por el ombligo se lo pasaron íntegramente durmiendo, acabando de cocerse literalmente. “¡Eureka!” Pensaste “he parido dos marmotas, viva yo”. Pero ¿de qué? Nada más lejos de la realidad.  Lo que estaban haciendo era coger fuerzas para los meses y años venideros.

Su primer año de vida han dormido poco, pero es que a partir del primer año de vida han dormido una puta mierda.

Cuando los acostáis se duermen ellos solitos. Y duermen bien hasta la 1 o 2 de la madrugada, justamente las horas en las que tú y tu marido podéis estar un rato juntos, cenar tranquilos, ver una película, darle a vuestro cuerpo alegría macarena o hablar del cambio de pelaje testicular del macaco común. Pero a partir de la 1 empieza el show.

  1. Empieza a hacer ruiditos #1. Si hay suerte poniéndole de nuevo el chupete o dándole un poco de biberón se calma y sigue durmiendo.
  2. Al cabo de 20 minutos (o menos) vuelve a hacer ruiditos #1 pero ya no quiere bibe ni agua y descartáis el tequila. Le ponéis el chupete y parece que se calla pero a la que vas a salir de su habitación empieza a llorar. Vuelves, le calmas, le acaricias, le cantas, le recitas el quijote en élfico… y se calma. Te vas.
  3. Al cabo de 20 minutos empieza a hacer ruiditos #2 y se repiten los puntos 1 y 2.
  4. De repente se pone a gritar (no llorar, gritar como si le despellejaran vivo) #1, le coges, lo meces, lo acaricias, le cantas, le susurras, le todo. Nada. Se retuerce y se intenta escabullir de tus brazos. Como pesa 13 kilazos y medio vuelves a dejarlo en la cuna a riesgo de que te arree una patada que te desprenda una retina o que se te caiga al suelo. En la cuna de repente parece que se calma. Haces amago de irte pero se pone a gritar de nuevo y #2 empieza a llorar molesto porque su hermano le ha despertado con sus gritos energuménicos.
  5. Coges a bebé poseso #1 y te lo llevas a vuestra cama con el fin de al menos dejar descansar al otro bebé, y el muy hijodelagranputa en cuanto es consciente de que está en vuestro lecho marital abre los ojos como platos, se sienta y empieza a dar palmas con su mejor sonrisa de bebé adorable mientras da claras muestras de alegría.
  6. Reprimidas las ganas de ponerle cinta americana en la boca, sacarlo a la terraza, cerrar la puerta y bajar las persianas, respiras hondo y le susurras en Klingon que es tarde que no invoque al instinto asesino de su madre que hay que descansar que mañana hay que ir al cole. El terrorista suda de tus palabras y sigue a lo suyo: dando grititos, haciendo palmas, poniéndose y quitándose el chupete con frenesí, tirando los cojines al suelo y dándote cabezazos en la barriga (que para él deben ser muestras de afecto porque lo hace con cara de bobalicón, pero tú ya tienes el esternón en el culo).
  7. Optas por darle la espalda, te tumbas de lado de espaldas a él, el padre hace lo mismo por el otro lado para franquearle el paso al abismo y evitar que se descuerne (vuestra cama es alta) e intentáis dormir de espaldas, como si estuvierais cabreados y con 13 kilos de cachondeo a un palmo de vuestros riñones. Por supuesto imposible relajarse y dormirse sabiendo que en cualquier momento puedes recibir una patada voladora en los riñones que te haga ver Asgard. Aguantáis hasta que:
    1. Se queda frito ocupando tres cuartas partes de vuestra cama King size.
    2. Le revienta un riñón al padre y decidís devolverlo a su hábitat natural: la cuna.
  8. Se queda en su cuna aparentemente tranquilo y en silencio. Salís levitando sin rozar el suelo ni mover un átomo de la atmósfera de su habitación.
  9. Os acostáis. Entráis en coma en 2 segundos y cuando estáis entrando en fase REM, se pone a gritar #2.
  10. Se repiten los puntos del 4 al 7. Salvo que con éste, al cabo de un rato pasáis directamente al punto 7.2 y lo devolvéis a su cuna porque este gemelo es incapaz de dormir en vuestra cama, antes se come el suelo intentando escapar del perímetro de seguridad establecido entre vuestros cuerpos y siete cojines. Tiene alma de suicida.

Si #1 se queda frito en vuestra cama, a #2 por mucho que grite no lo traéis porque la idea es precisamente mantenerlos separados para que no se den por culo entre ellos, que os den sólo por culo a vosotros.

La jarana dura aproximadamente de 2 a 6 de la mañana. En el peor de los casos no dormís nada, en el mejor 4 o 5 horas en intervalos de 20 minutos.

Pero la naturaleza es muy sabia y un poco hija de puta. Porque durante el día se te olvida el porculeo nocturno, porque son tan monérrimos, tan graciosos, tan cariñosos, tan divertidos, tan dulces, tan tan tan tan TUYOS, que cuando llega la hora de las brujas volvéis a estar en la misma tesitura. Cada noche. En bucle. Non stop.

Se aceptan sugerencias, consejos, ideas, canguros, condones... ¡lo que sea!

¡Buen fin de semana y que durmáis a pierna suelta si podéis!! 

lunes, 10 de octubre de 2016

#ElTemaDeLaSemana: Lo que más odias.

El despertador. Las despedidas. Cocinar. Que tus hijos enfermen. El malhumor. El oportunismo. Que se juzgue a la gente porquesí. No encontrar el mando de la tele. Cocinar. Que se te derrame el dalsy-pegajoso-asqueroso. El olor del yogur natural. Las críticas gratuitas. Hacerles lavados nasales a tus gemelos. Las joyas. La gente que en lugar de hablar grita. La cerveza caliente. Las medias tintas. Cocinar. Los tacones de 5 centímetros. Que las resacas empeoren con la edad. Los gobernantes de este país. El Fiat multipla. Cocinar. Que te contesten con un "OK" a 3 minutos de "escribiendo" en Whatsapp. Las injusticias. Que los gemelos enciendan y apaguen compulsivamente la luz de la cocina cuando estás haciendo cosas. Cocinar. Tener sueño y no poder dormir. Que te falten siempre tapas de tápers. Los mosquitos y los ascoputos. No encontrar lo que buscas. Pisar juguetes con los pies descalzos. Las aberraciones éticas y morales. La gente gris y anodina. Cocinar. Que tu marido no eche a lavar los vaqueros cuando ya caminan solos. Ir al parque. Romper las reglas. Cortar las 60 uñas de tu estirpe y que griten como si les estuvieras cortando los dedos. El entretiempo. Los callos. Hans Landa de Malditos bastardos. Cocinar. Que le pongan limón a la coca cola con hielo. Que te toque el niño porculero detrás en el asiento de un vuelo. Ser la madre del niño porculero del vuelo. Cocinar, ¿lo has dicho ya?



¡Feliz semana!