viernes, 19 de septiembre de 2014

Sexo en el embarazo.

Tu animal mitológico preferido es el (buen) sexo durante el embarazo.

Tal cual. 

El ámbito que más se ve afectado con la maternidad es el sexual, más incluso que la falta de sueño. 
Porque para encontrar un momento para descansar la ecuación es simple: sólo necesitas encontrar el tiempo y la víctima para encolomarle el o los bebés. Pero para echar un polvo la ecuación se complica: necesitas encontrar el tiempo tú, el tiempo el partener (a no ser que que quieras montar a tu falo biónico), la víctima para encolomarle el bebé, una distracción para el hermano mayor si lo hubiera y una triple alineación planetaria. Tocotó.

Ya los daños colaterales en el sexo empiezan durante el embarazo, sobre todo durante ESTE embarazo de dos retoños. 
En el embarazo de Jomío más o menos lograsteis mantener una pseudodecente vida sexual que en estos momentos ha digievolucionado a raquítica vida sexual principalmente por dos motivos:
  1. No teníais en casa un mico de 4 años adorable y oportuno a partes iguales al que atender.
  2. No te convertiste en la mesa camilla que eres hoy, que te están saliendo lorzas en zonas donde ni si quiera sabías que existías.
Exagerada pensaréis...¡Y un mojón!

A vosotros no sé, pero a tí que la barriga te empiece en  la espalda y el culo en el cogote pues como que no te mola, y a tu marido, aunque diga que estás guapísima (sabe que la salud de sus pelotas depende de ello) estás segura de que le cuesta. 

Porque no tiene que ser fácil para el empotrador alfa de la casa llegar al que ha sido durante años vuestro lecho de lujuria y pasión y encontrarse un ballenato varado entre las sábanas y los cojines reclamando lo suyo y lo de su prima, que se lo tiene que follar, ojo. Y sin rechistar que aquí aunque tengáis dos pimpollos polizontes, en el lecho de amor se retoza sí o sí.

Pero va a ser que no es lo mismo…

No es lo mismo que te quiten unas mini braguitas sexys entre susurros al oído a que le pidas clemencia a tu marido para que te baje la carpa de circo que llevas por bragas porque si lo haces tú se te corta el riego sanguíneo al cerebro al agacharte.

Tampoco es lo mismo ir pulcramente depilada a ir intuir que vas en modo savage porque no ves nada más allá del ombligo desde hace 2 meses y en tu última visita a la esteticién, ésta se negó a acercarse la zona cero para evitarte infecciones. Por suerte desciendes de los elfos imberbes de las costas del norte y te han confirmado que no se te ha convertido eso en una rata peluda.
 
En fin, que desnudarse con este planeta con campo gravitatorio propio alrededor de tu cintura es de todo menos sexy. Pero cuando te pones lo consigues, y te quedas en bolas. En realidad toda tú eres una bola con dos patitas de pollo. Y entonces empieza el show.

No no, así no, mejor yo encima, a ver…Uy ¿y ese color azulón en la cara? A ver si va a ser que peso demasiado… Mejor me bajo. De lado, ya verás que rico…mmmpppfff…..ya estoy…espera, ay levanta me has pillado el pelo….ahora… pásame ese cojín, no ese no, el gris que es más blandito, sí ese, trae, ahá…bajo la barriga….cojonudo nos hemos puesto del lado del gemelo pateador y no le está haciendo puta gracia…¿te importa que nos pongamos del otro lado? es que si no entre tus embestidas y sus patadas pues como que no me centro… Vale, a ver ahora…el cojín espera… ahá… vale… ¿estás?...Ay.. se me duerme el brazo de abajo…espera lo saco…jo…ahora no sé cómo ponerlo, es igual aquí…venga va dame lo mío...gñgñgñg… ¡¡AHHHHHHHHHHH!!!...¡¡Diosssmecagüensanblassss!… Me acaba de dar la madre de todos los calambres en el gemelo derecho, no ese gemelo el otro, el de la pierna…quita, quita…ayyyyyy………


Vale, creo que ahora ya está. Ven aquí que por mis cojones hoy nos corremos, aunque sea a ostias pero nos corremos. Venga ponte que ya estoy…

Muy romántico todo..

Os podéis imaginar el desenlace: jadeos, calambres, orgasmos, contracciones del Bosón de Higgs y patadas de los pimpollos, un circo de tres pistas amenizado por la llamada de la selva de Jomío desde la otra punta de la casa.
Si cuando dices que tu marido es hombredepacienciainfinita no es un decir, es una realidad porque tu marido aunque estés en modo ballenato nimfómano se esmera por darte placer aún sabiendo que se trata de un deporte de riesgo para su líbido e integridad física y nerviosa. Ains...