miércoles, 10 de junio de 2015

Lady O.

Y cuando pensabas que ya no podías cagar más amor, se te garrapiña la almorrana.

No sólo te has convertido en la madre de tres bellezones adorables que te veneran y te suben la autoestima a la estratosfera, no, también te has convertido en TITAPADRI. Sí, sí, tú, titapadri del amor, de una señorita en toda regla: Lady O.

Tu hermanísima del alma y su britaniquísimo marido han tenido un ángel en forma de niña con un montón de pelazo negro a lo pumuki suave como el terciopelo, unos ojos azules espectaculares y una flema británica que acojona.

Apenas tiene tres meses de vida e intimida más que cualquier jefazo de tu empresa. Tus pobres vitwingos que le sonríen a cualquiera sin criterio alguno, van a ir más tiesos que dos ajetes con su prima. Porque mientras ella “lee” dignamente los libros de texturas como si del Financial Times se tratara, a tus gordis les faltan manos y encías para estrujarlos, babearlos y tirarlos a tomar por culo.

Y es que tu sobrina no mira, tu sobrina observa, escruta y analiza cualquier movimiento y/o sonido que oses emitir en su presencia, y si no es de su agrado te echa una mirada que te hiela los ovarios a la par que te garrapiña las arterias, respeto y ternura a partes iguales. Menuda es ella.

Menuda metafóricamente hablando claro, porque con sus 60 días de vida ha reventado el percentil de la talla, apunta maneras a Pibonus Comunis con piernas hasta el sobaco.



Lady O no mueve un músculo sin asegurarse de que el dignómetro va a superar el 85% de su potencia, por menos ni pestañea. Ya te puedes dejar los huevos haciendo el ganso, cantando en español, inglés o esperanto que la tía, imperturbable, te observa desde el fondo de su cuco con cara de “¿en serio tengo que soportar a esta psicópata? “.

Tal es su supremacía que no te ves preparada para ser su titapadri, dudas de estar a la altura, de disponer de las competencias y recursos necesarios para cubrir sus necesidades como sobrina y ahijada.

En Navidades te va a dar un parraque: “¿Le regalo una muñeca? ¿Un avión? ¿UNA ISLA EN LAS BAHAMAS?...

Por no hablar del corte que te dará hablarle en inglés. Ella con su acento nativo made in su padre y tú con tu acento de Cuenca.

 Jelou mai suit nis, jau ar yu?”. Y así. Le van a sangrar los oídos.

El primer día que a tus vitwingos les presentaste a su primita no tuviste mucha suerte:

Mirad gordish, ésta es Lady O, es vuestra primita y NO se come, tenéis que cuidarla y quererla mucho”.

Nada, cada uno a su bola. Ella se limitó a hacer ruiditos adorables y a estirarse mucho, y ellos a jugar a sumo mordiendo manos y pies ajenos hechos un ovillo de extremidades como si no existiera un mañana.

Por suerte hace unos días viste un rayo de esperanza en el horizonte. Estando con ella en brazos en tu vestidor,  te pareció  identificar la emisión de un pseudo-levantamiento de labio superior en forma de proyecto de sonrisa cuando le enseñaste tus zapatos de tacón, ergo tienes que trabajar en esa línea: GIRLS STUFF & SHOPPING SESSIONS.


De este modo afianzarás la fe de tu britsobriahijada en su titapadri (o no..) y te evitarás la súbita aparición de bigote que cualquier día te acontecerá debido a la continua exposición al influjo testosterónico de tu campo de nabos.