martes, 25 de octubre de 2011

Papilla de cereales

Sí, papillas de cereales existen muchas y en todas las casas. En Barcelona, y te consta que en todo el territorio nacional, las más extendidas tienen por nombre científico “Papilla de 8 cereales con miel” o en su defecto, “plasta” (o caja amarilla para los despistados).

En cualquier caso, todas las papillas de cereales son iguales en los siguientes aspectos.

Es un plato de sencillez teórica pero que requiere precisión de neurocirujano y paciencia de sexador de pollos si no quieres tener que tirarla antes siquiera de ofrecérsela al comensal.

Se necesita un microondas (o cazo para los románticos), un plato, tenedor, leche y cereales. Fácil, ¿no? Los cojones.

Fría no hay bebé que se la coma. Si se la das recién hecha, has muerto. Por lo tanto hay que ser una habilidosa chef para que la experiencia sea lo suficientemente gratificante para el comensal. Algunas madres han desarrollado un paladar antipirético que les permite comprobar la temperatura mientras se calienta la leche y poder retirarla justo en el grado Celsius exacto.

El ritual de la preparación se inicia empuñando el tenedor en una mano y los cereales en la otra. Y a falta de una tercera mano, con la mente tratas de que el plato no se mueva al remover su contenido con ímpetu y frenesí. Hay que ir añadiendo una cantidad uniforme y constante de material mientras remueves en el sentido de las agujas el reloj. No se puede parar. Nunca. Aunque te pique la nariz por culpa de un mechón rebelde o un huevo (ellos). No pares. No hay dolor. Sigue. Parar provocaría la súbita aparición de los tan antiestéticos e indeseables grumos. Motivo inequívoco de rechazo por parte del comensal y consiguiente fracaso de la operación.


Una vez preparada, la no inmediata introducción de la plasta en la boca del receptor es motivo de grititos castrati, dudas sobre las capacidades culinarias de la ejecutora y hasta agresión física en forma de manotazos sobre la mesa.

Todo esto hace que el rito de la ingesta consista en el esparcimiento aleatorio y uniformemente rectilíneo de la plasta por cualquier superficie lisa, rugosa, vertical, horizontal o inclinada que se halle a menos de 10 metros a la redonda del comensal.

El rito finaliza cuando el comensal, hastío de plasta y a riesgo de cagar hormigón armado al día siguiente se queda literalmente dormido encima del plato.

El no cumplimiento escrupuloso de todas y cada una de estas normas
son motivo de enfado a tiempo indefinido por parte del comensal, desde malestar general hasta el retiro indefinido del gritito de bienvenida al llegar a casa.

Que aproveche :-)

14 comentarios:

  1. jaaaaaa es cierto, esas papillas las carga el diablo....los grumos los tienes que machacar con el tenedor para estallar la pompa que está rellena de polvo seco y así comenzar de nuevo con lo recién machacado y continuar removiendo con la mirada perdida en el engrudo ése......
    Si te pasas de cereales y tienes que añadir leche, la operación mejor abortarla, porque para que auello quedara bien se tienen que dar unos factores de temperatura entre la leche que añades y la ya mezclada con los cereales que te ves obligada a coger la batidora....aunque tú esto no se lo has oído a nadie hacer y te achantas....
    Y casi mejor no comentar que cualquier salpicón en la encimera no recogido a tiempo convierte molecularmente al engrudo en acero para barcos....

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  2. jajajajajaa.....lo del cazo para los románticos es lo más!!!!!!!!!jajajajaja, no puedo parar de reírme!

    Rubia, desde luego que cada maestrillo tiene su librillo, pero estos pasos son básicos para conseguir una buena papilla a gusto del comensal más exquisito!!!

    Besotes

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  3. Agh...se me ha quitado el hambre que tenía.
    Y si tu amado hijo es un Ferrán Adriá en potencia y lo que tiene son unas papilas ultramega desarrolladas y capta la mar de ligero el mínimo grumo??? Porque vamos que el pequeño Jotuyo es tan delicado como la Carmen Lomana en un Mcdonald...ay no, que ella va a Burger King. Gran error.

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  4. yo probé con una mini batidora de esas, y más o menos me funciona aunque antes debo echarla para batirla en un recipiente hondo y la batidora debe tener algo de potencia, si no se para.

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  5. juaaaa
    Yo con Aldara fui incapaz de preparar una (se la echaba en el biberón y a correr), pero con Mencía, por alguna extraña razón, las sacaba en su punto siempre y sin proponérmelo. Una cosa realmente misteriosa... No me preguntes qué hice para aprender a que me salieran estupendas porque creo que es ciencia infusa, pero pasó!!!!!1

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  6. jajaja, me recuerda TANTO a la bechamel, que es "FACILISIMA" pero a mi NUNCA me queda bien!!! Menos mal que mi jomio particular come como un animal, lo que le eches, sin sutilezas! ;-)

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  7. Yo compré un plato termo que conseguía que una vez alcanzados los grados niunomasniunomenos de temperatura de aceptación, no se te enfriara demasiado deprisa. Ah, no les gustaban demasiado, por suerte, así que los desayunos pronto pasaron a galletas-cereales-pan...

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  8. jaja, yo me he vuelto toda una experta porque al loulou le dio una época en la que no quería ni ver el biberón en pintura, así que ahí me tenías, a las siete de la mañana con la papillita de los demonios: 30 segundos en el microondas, 5 cacillos de leche, remover bien, 5 cacillos de cereales (uno a uno) y remover. Ni un grumo. Lo juro. Eso sí, la leche no podía estar muy caliente, si no aquello no espesa ni patrás. Y hasta aquí el consejo papillo-culinario de la madre del loulou. :-)
    besossssssss

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  9. Que porquería, por dios. Eso es una guarrerida. Yo le doy los cereales en el biberón, y tan contento. A que hora se supone que le toca comer cemento, al pobre? Yo me revelaba, que se los coma el pediatra si quiere. Puag

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  10. la batidora te salva el pellejo en estos casos y más si aún se lo toma en biberon, las hay monisimas, con la paleta desmontable y todo...

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  11. Recuerdo que una vez la sentí tibia y le di 30 segundos más en el microondas. Por suerte para el bebé la volví a probar: me quemé viva. En argentina se llama Nestun

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  12. Pues yo confieso que uso la batidora. Con un par. Prefiero fregar que remover. Más sencillo, más rápido.
    Y de temperatura casi siempre me paso. Bueno, pongo a un hermano a soplar.
    Odio las papillas. Las odio. Yo he optado por pasar a la leche con cola cao y galletas. Se las echo, se deshacen, lo plastifico al zagal y le doy una cuchara ;o)

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  13. Ay Pardi, lo acabo de leer, lo que me he reido!! genial...!!

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  14. Jejeje es todo un reto para las madres! supongo que con la práctica todo se consigue, paciencia!!

    Un saludo,
    Lidia

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