lunes, 7 de marzo de 2011

Comadreitor-1 Rubia-0

 Preñada y a dieta. 

Y aún y así, llevas emocionada todo el fin de semana pensando que el lunes vas a  volver a ver a tu retoñito.

Pero a medida que se acerca la hora de la visita te vas poniendo nerviosa, sabes que antes de poder disfrutar de las carantoñas de tu retoño tienes que pasar el mal trago por excelencia, el peor momento de cualquier preñada que se precie, tu peor pesadilla desde que te quedaste en estado de “buena esperanza”, la puta báscula maligna: ese trasto de metal, frío, solitario y abandonado en un rincón de la consulta. Y con ella, su verduga:  comadreitor: la guardiana de los kilos, el rencor en estado puro, la mala ostia concentrada en metro cincuenta de setentona con gafas de abuela con cadenita.

En cuanto llegáis os hacen pasar y empiezas a hiperventilar porque te ha parecido ver de soslayo a comadreitor acechando en la penumbra. Y en efecto, de repente entra en la consulta dando órdenes: “Tú, siéntate ahí” le dice a tu santo esposo, que obedece sin rechistar. Y a ti te dice “quítate la parte de abajo de la ropa”. 
Eres incapaz de imaginártela en modo cariñoso, más bien te la imaginas en modo dominatrix: ¡Tú, mueve el culo y con garbo!

Te metes en el WC y te empiezas a desnudar, pero esta vez NO te va a pillar desprevenida, así que no sólo te quitas la parte de abajo, también la de arriba y te dejas lo imprescindible para no quedarte en pelota picada. Oyes que te dice: “puedes dejarte los zapatos y los calcetines”.“¡Los cojones!” piensas “y pesar 300gr más?? ni LOCA!!

Sales con el pandero al aire y con un gesto nazi, decidido y maléfico te indica que te subas a la báscula. Respiras hondo, subes un pié, miras la pantallita de los dígitos, subes el otro pié y te encomiendas a todos los santos mirando hacia el techo. Cuando bajas la mirada observas radiante que la báscula marca un estupendo 65,8 Kg (en tu última visita fueron 67Kg) y sonríes aunque comadreitor sigue anotando cosas en su “libro de las sombras” sin levantar la vista hacia la báscula. Y justo cuando levanta la mirada y se fija en la pantalla, los numeritos cambian y se pone a 66 Kg!!! NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Y toda orgullosa proclama en voz alta y triunfante: “SESEINTA Y SEIS KILOS, MONA!”. ”Noooooooo ponía 65,8 hasta que ha mirado!!”. Por supuesto tus súplicas de preñatriz no surten efecto en comadreitor y anota un 66 al que te apetece añadirle otro 6 …666…! La odias. Y a su báscula también. Es su alter ego reencarnado en aparato de tortura para rubias embarazadas.

Has perdido un kilo, no está mal, ¿ves? Así las próximas semanas podrás comer de todo como cualquier persona normal”….¿¿¿¿¿PERSONA NORMAL?????....”¿¿¿¿¿pero qué coño se supone que somos las embarazadas?????”…

Acto seguido te obliga a tumbarte en la camilla y te ordena que te subas la manga de la camisa para tomarte la tensión. Y mientras el cacharro se va desinflando en tu brazo y tú sigues pensando en la mala ostia del comentario de marras, suelta con su habitual mala leche contenida: “¡¡Si es que las embarazadas hacéis lo que os da la gana!!!”. Atónita te quedas “y ahora, qué coño se supone que he hecho mal????!!!”.”¡El otro día estabas baja de tensión y hoy estás más alta!”.”Ah cojonudo. Perdone señora pero no pretenderá que esté exactamente igual. Discúlpeme por no tener absoluto control sobre mis constantes vitales!!”.
Y sigues resoplando como un búfalo mientras se aleja refunfuñando por lo bajini y tu marido alucina con lo que ha presenciado.

Ya en casa, después de haber disfrutado de 15 minutos de las piruetas de vuestro hijo en una pantalla de plasma, te tumbas en el sofá con tu historial de embarazada actualizado y con las últimas ecografías incluidas. Te dispones a disfrutar de las imágenes congeladas de tu retoño cuando de repente, en el cuadro resumen del seguimiento de tu embarazo, observas con total nitidez y claridad la cifra que ha anotado comadreitor en tu curva del peso….66,5 Kg!!!!!!!!!!!!!!! Te ha puesto medio kilo más por la puta cara!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Adjuntas PRUEBA del delito:
¡¡¡¡SERÁ HIJA DE LA GRAN RE-P***!!!!

Ha ganado esta batalla, pero no la GUERRA!!!

7 comentarios:

  1. Ups! Me has recordado a mi última visita al endrocrino la semana pasada: yo también utilizo el truco de llevar la ropa que pese menos -porque a mí no me desnuda, claro!-. En fin, hasta yo le estoy cogiendo manía a las comadronas... ;-)

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  2. Después de tres embarazas, soy una especialista en pesar menos el día de la consulta.

    Yo siempre le digo,es necesario? te vas a enfadar tú, me vas a echar la brona y me voy a saentir fatal.... alguna vez colaba por maja.

    pero lo que no cuela es lo que peso ahora, q hace un mes fui al endocrino a ponerle fin a esto y cuando me pesó, casi lloro porque no podía ni imaginar los kg que tenía que adelgazar.

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  3. sisi yo tb desarrollé una gran técnica que rozaba la bulimia la semana antes de la visita para no pesar de más, la putadilla fue que me pilló las navidades de por medio y eso fue...madre que descontrol...fue como meter al monstruo de las galletas en la fábrica de Birba...la semana de la visita post-fiestas navideñas andaba como alma en pena comiendo acelgas y encomendánome todo lo que me sabía que se limita a una versión cutre del padrenuesto en formato sms..

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  4. ah! ánimo con la operación bikini, en mi caso este año la he bautizado como oepración chilaba :'(

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  5. Estoy LLORANDO de la risa. Medio kilo más por todo el filo!!!!!!! Quién diablos se ha creído!!!!!!!

    Y no lo dices tu, se lo digo yo

    ¡¡¡¡Mala puta!!!!

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  6. Me llega a poner a mí medi kilo mas por la cara y vamos le quito yo dos del sopetón

    Y sí yo tb me quitaba los calcetines, y hasta los pendientes todo fuese por ahorrar gramossssssss

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