viernes, 20 de enero de 2017

Campo de batalla: la cocina.

Oh los hijos…. Sólo los hijos poseen el don de convertir algo que has deseado con ansia durante mucho tiempo en algo que cuando se materializa se convierte en un puto infierno. Aunque se trate de una puta mesa, como es el caso.

Hace tiempo que querías poner en la cocina una mesa con sillas para que tus tres terroristas pudieran comer juntos y tener controlada la zona apocalíptica, que allá donde se comen un palito de pan no sabes si ha sido un gemelo o una estampida de búfalos bailando flamenco sobre una barra de pan. Y de paso mientras ellos comerían, tú podrías aplicarte en otras tareas culinarias que aborreces como cocinar y sufrir.

En tu mente veías una mesa y tres niños sentados a su alrededor comiendo. Incluso a veces visionabas un plato de comida en el centro a modo de entrante para compartir para los tres y tres vasos con agua frente a cada plato para cada comensal.

Esperabas algo tal que así.
Pues los cojones en vinagre.

Te encontraste el armageddon:



No habías caído en el PEQUEÑO DETALLE de que en las tronas los gemelos NO se podían levantar hasta que tú lo decidías, ahora has puesto a su alcance toda la libertad del mundo para hacer y deshacer a su puto antojo.

La imagen bucólico-pastoril de los tres alrededor de la mesa duró lo que tardaste en hacer la foto porque inmediatamente después se convirtió en un caos de anarquía y destrucción.

Siempre había algún gemelo que huía por patas a abrir cajones de la cocina, a tirar todo lo que alcanzara de la encimera al suelo, a torturar el lavavajillas (que se ha quedado con síndrome de estrés post-traumático) o simplemente huía por la casa con las manos pringadas y descojonándose como una hiena histérica.

Cuando los sentabas en la mesa de nuevo, volvía a huir alguno o se ponían a guarrear con todo lo que había en la mesa, a sacar trozos de comida y ponerlos en la mesa o en otro plato, a quitarle comida a Jomío, a tirar el agua de los vasos, a cabrearse porque ya no había agua en los vasos...

Y mientras tanto tu hijo mayor, de normal comprensivo, paciente y adorable, lejos de contribuir a apaciguar a las fieras, mientras tú ibas de culo intentando controlar a los gemelos, acabar la cena de los adultos y vigilar que nada ardiera, se rompiera, saliera volando o desapareciera en circunstancias extrañas, Jomío no paraba:

“Mamá un gemelo ha tirado un trozo de salchicha al suelo, ¿verdad que lo ha hecho muy mal y yo lo estoy haciendo muy bien?”

“Mamá el otro gemelo se ha levantado y ha empujado su silla hasta la pared, ¿verdad que eso no se tiene que hacer y yo lo estoy haciendo muy bien?”

“Jomío, no les llames gemelo, llámales por su nombre.”

“Vale. Mamá este gemelo, que es Leo o Mass, ha hecho el pinopuente y se ha ido sin terminar su plato y eso no se puede hacer, ¿verdad? Pero yo estoy comiéndomelo todo.”

Y así hasta el infinito y más allá. Por supuesto cada fechoría de los gemelos se partía a mandíbula batiente contribuyendo así a que estos dos delincuentes se vinieran más arriba e incrementarán el nivel del grito o tiraran las cosas más lejos.

Sacaste fideos de la campana del extractor y del body de uno de los gemelos que es donde van a parar las cosas que desaparecen en esta casa, misterioso pero cierto.

Te estás planteando hacerte de nuevo con las cárceles tronas... y unos dardos tranquilizantes.

9 comentarios:

  1. Yo no me lo planteaba, tronas al poder!!! Parece un capítulo de Benny Hill, todos corriendo, jajajaja! XD
    Muas!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exacto, has pillado la esencia de la escenita, con la música de fondo y todo XDD

      Eliminar
  2. Te podría decir que estoy muerta de risa pero lo sabes. Eso sí así y todo te envidio porque piensa esa misma escena en parquet, si rubia hay muchas que no podemos poner mesa en las mierder cocina que tenemos...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya ya...aquí al menos el caos se concentra en la cocina y limpiarlo es más fácil, en algo he ganado...!

      Eliminar
  3. Trona's power!!! Y que se ate con cadenas...
    En mi casa el mayor también se descojona reforzando las conductas de pequeño petardo que acaba convirtiendo la cocina en un caos de comida, agua vertida y gritos de "quiero más, ahora"... bufff! Nada, nada... hasta la mayoría de edad el mío come en trona...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con lo que he dado por culo porque quería la mesa y las sillas ya hora echo de menos las tronas, vaya telaaaaaaaaaaaaaaaaa ><

      Eliminar
  4. Si es que no aprendes que la vida no es como las revistas. Jajajajaja. Besotes!!!

    ResponderEliminar
  5. Jajejijoju!!!!!!!!
    Pues como cuente yo lo mio....!!!!!

    ResponderEliminar
  6. jajajajaja, Jomío ayudando.... No esperaba menos de él.

    ResponderEliminar