Tus gemelos, tan iguales por fuera y tan diferentes por dentro.
Uno es tekki 100%. En cuanto entra
un dispositivo electrónico en su campo de visión se le ponen los
ojos en blanco y un irrefrenable deseo de posesión se apodera de su mini ser y
no para de dar por culo hasta hacerse con ese dispositivo ya sea móvil, tablet,
portátil o cosa pequeña con lucecitas y ruiditos infernales. Sin embargo al
otro la tecnología le come los huevos. Si le dejas un móvil cerca lo ningunea, a él le gustan las peonzas de toda la vida y los juguetes de madera. Tu otro gemelo es amish.
Mientras uno es espontáneo, simpático y decidido, el otro es reflexivo, observador y muy
serio.
Cuando al primero le haces una carantoña en seguida responde
con un “¡Bieeeeeeen!” Y el otro tras
exactamente la misma carantoña te mira condescendientemente con cara de “te
perdono” y sin emitir sonido alguno se aleja de tu vera dejándote con sensación
de subnormal profundo irreversible.
Sin embargo, este mismo gemelo, amish, serio, digno e introvertido adora la música por encima de todas las cosas, animales,
personas o Marios Vaquerizos. Canta maravillosamente bien, entona perfectamente
y con oír una vez una melodía la reproduce igual pero mejorándole la letra: “tata coqui coqui bababa tatatataaaaaa….”.
El gemelo tekki, sociable y extrovertido la baila sacudiendo el culete, se
aplaude por lo bien que lo ha hecho y ya, a otra cosa.
Tienen el pacto no escrito de enfermar en días alternos para así asegurarse de que no te relajes y que sigas manteniéndote ágil a las 4 de la mañana "apiretalando" bebés a oscuras.
Tienen el pacto no escrito de enfermar en días alternos para así asegurarse de que no te relajes y que sigas manteniéndote ágil a las 4 de la mañana "apiretalando" bebés a oscuras.
En cuanto a la comida engullen a la par y comparten gustos
salvo en cuatro alimentos muy concretos: queso y sopa versus pan con tomate y magdalenas.
Uno adora el pan con tomate y las magdalenas que
son las dos cosas que no hay manera que coma su hermano y los mismo pero a revés con el queso y la sopa. Curioso. Porculero pero curioso.
Lo que sí comparten al unísono y con sumo furor es su pasión por una misma
cosa: su hermano mayor.
El cafre de Jomío es su atracción, entretenimiento
y torturador preferido, y en cuanto le ven entran en convulsión por salir corriendo tras él, bueno dando saltitos y grititos de eunuco. Son sus groupies particulares, le reciben en
casa con los honores de un sultán lanzándole piezas de lego, tirándose encima
de él y provocándole para que juegue con ellos y les torture un rato.
Vuestro salón ya no es un salón, es un ring de boxeo muy cuqui.
Vuestro salón ya no es un salón, es un ring de boxeo muy cuqui.
Pues eso es lo que hace la vida divertida. Si todos fuésemos iguales, menudo rollo sería... El parecido físico es pura fachada para despistar. Jajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarAl parecido físico le sacarán partido cuando sean adolescentes , fijo jeje
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