lunes, 28 de noviembre de 2016

Personalidades.

Tus gemelos, tan iguales por fuera y tan diferentes por dentro.

Uno es tekki 100%. En cuanto entra un dispositivo electrónico en su campo de visión se le ponen los ojos en blanco y un irrefrenable deseo de posesión se apodera de su mini ser y no para de dar por culo hasta hacerse con ese dispositivo ya sea móvil, tablet, portátil o cosa pequeña con lucecitas y ruiditos infernales. Sin embargo al otro la tecnología le come los huevos. Si le dejas un móvil cerca lo ningunea, a él le gustan las peonzas de toda la vida y los juguetes de madera. Tu otro gemelo es amish.

Mientras uno es espontáneo, simpático y decidido, el otro es reflexivo, observador y muy serio.
Cuando al primero le haces una carantoña en seguida responde con un “¡Bieeeeeeen!” Y el otro tras exactamente la misma carantoña te mira condescendientemente con cara de “te perdono” y sin emitir sonido alguno se aleja de tu vera dejándote con sensación de subnormal profundo irreversible. 

Sin embargo, este mismo gemelo, amish, serio, digno e introvertido adora la música por encima de todas las cosas, animales, personas o Marios Vaquerizos. Canta maravillosamente bien, entona perfectamente y con oír una vez una melodía la reproduce igual pero mejorándole la letra: “tata coqui coqui bababa tatatataaaaaa….”. El gemelo tekki, sociable y extrovertido la baila sacudiendo el culete, se aplaude por lo bien que lo ha hecho y ya, a otra cosa.
Tienen el pacto no escrito de enfermar en días alternos para así asegurarse de que no te relajes y que sigas manteniéndote ágil a las 4 de la mañana "apiretalando" bebés a oscuras.

En cuanto a la comida engullen a la par y comparten gustos salvo en cuatro alimentos muy concretos: queso y sopa versus pan con tomate y magdalenas.

Uno adora el pan con tomate y las magdalenas que son las dos cosas que no hay manera que coma su hermano y los mismo pero a revés con el queso y la sopa. Curioso. Porculero pero curioso.

Lo que sí comparten al unísono y con sumo furor es su pasión por una misma cosa: su hermano mayor.


El cafre de Jomío es su atracción, entretenimiento y torturador preferido, y en cuanto le ven entran en convulsión por salir corriendo tras él, bueno dando saltitos y grititos de eunuco. Son sus groupies particulares, le reciben en casa con los honores de un sultán lanzándole piezas de lego, tirándose encima de él y provocándole para que juegue con ellos y les torture un rato.

Vuestro salón ya no es un salón, es un ring de boxeo muy cuqui.

2 comentarios:

  1. Pues eso es lo que hace la vida divertida. Si todos fuésemos iguales, menudo rollo sería... El parecido físico es pura fachada para despistar. Jajaja. Besotes!!!

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    1. Al parecido físico le sacarán partido cuando sean adolescentes , fijo jeje

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