“..zzzZZzz… mmmmm… noto una presencia…. zzZZZz… ya se
acerca por el pasillo… zzzZZzz….”
“…zzzZZZ…zz…déjame… zzz...tengo sueño…zzzZZZ…zz…..Que me dejes
quiero dormir más… joer… con lo bien que se está aquí… vaaaaale…. puta la
gracia tener que levantarme….que síiiiii, que ya vooooy…”
“Leche con cacao,
galletas de tres tipos, magdalenas…. yo sé de uno que un día reventará antes de
salir de casa, ahí lo dejo.”
“Santa pereza, otra vez al colegio… ¿aún no es viernes??”
“Buah, cada día los 7 minutos hasta el matadero colegio se me hacen
más eternos y cuesta arriba. Anda mira, la vecina cara-caballo SIN piños, tocapelotas y cotilla, que
sí cansina, que algún día seremos 37 miembros en esta familia y tú que lo verás, so puta… no la odio pero ojalá
cuando le diga “sólo las puntitas” al peluquero la deje como Dora la
Exploradora.”
“Ahí está, la puerta de la escuela. Ale para adentro…
saludo por aquí, sonrisa forzada por allá”
“Voy a agarrarme con más fuerza a tu mano que hoy ni de
coña te me escapas.”
“Ahí está la clase, y los compis, y sus mocos… que guay todo. Ahora
querrá soltarme claro, y querrá dejarme aquí con el corazón partío y en plena
digievolución a masa amorfa descompuesta. Poca sensibilidad, de verdad… “
“¿Es que no ves mi pena? ¿No sientes mi dolor? ¿Mi abrazo
en modo pitón a tu cuerpo no te dice nada? ¡¡No quiero que te vayas, te
necesito conmigo rait nau forevaneva!!”
“No… no te vayas… no me dejes… por favor… ven… vuelve…
noooooooooooooooooooo….”
…
…
Y así cada mañana.
A este paso en Navidades ya lo habrás superado. Campeona.