martes, 29 de noviembre de 2011

Top 10 maldades

Sin ordenador en casa ni en el despacho, sin blackberry y con un Smartphone prestado que hace que en lugar de dedos parezca que tengas morcillas, pero he aquí la lista de las maldades preferidas de los caracolitos. En efecto, he escrito el post con un Smartphone y mis pulgares os envían saludos.


#1 No mueve un dedo sin asegurarse de que el porculómetro va a alcanzar el nivel 7 como mínimo. Por menos, ni pestañea. 


#2 La fortaleza, seriedad y cuadratura del NO es directamente proporcional al descojone, reincidencia y alevosía de la maldad, e inversamente proporcional al efecto del mismo.


#3 Diez segundos fuera de tu campo de visión y le sobran 8 para intentar meterse el termómetro por el culo (sin atinar graciasadios), meter las llaves de la moto por el único enchufe de la casa sin protección que está en una esquina escondido y que ni tú te acuerdas de que existe (pero él sí. CADA DÍA. 20 veces) o para coger LO QUE SEA y meterlo por la taza del váter apretando para que quede bien incrustado en el fondo. Y “por lo que sea” quieres decir: móvil, llaves, mandos, toallitas, escoba, biberón, peluches, taburete, cepillos, casco, bolsa del cole, galletas, escobilla, bufanda,juguetes… 


#4 Apunta maneras como perro flauta. Se niega a salir a la calle sin su palestino.

A partir de ahora bufandas Polo RL, para compensar.


#5 Pone a prueba sus pulmones y vuestros tímpanos a cualquier hora del día. Le encanta gritar y alcanzar todos los registros de frecuencias posibles, incluidas las que son sólo audibles para los perros.


#6 Es de "guantá" fácil pero tiene la deferencia en la guardería de avisar antes de soltar un sopapo a un compañero/a. Si el aviso no surge efecto suelta unos mamporros que os auguran un futuro muy prometedor en el barrio como “familia non grata”.


#7 Pedorretas. ¿De qué sirve hacerlas con la boca vacía? Estucado veneciano nivel Capilla Sixtina en el comedor.


#8 Busca los billetes y las tarjetas en vuestras carteras y los esconde en la bolsa de su cochecito. Has parido a tio Gilito y ha iniciado su plan ahorro de jubilación a vuestra costa.

#9 Sistema inmunológico conectado a vuestras agendas 24x7. Si programáis una cena, una salida o improvisáis un polvo, él se entera y se pone a 39 de fiebre. Asumido. Es un hecho.


#10 Pone "ojitos" y es insoportable por que consigue que se te olvide la lista de arriba. Eso ¿¿¿ es o no ser cruel???


To be continued en un pc...

viernes, 18 de noviembre de 2011

2009 vs 2011

Un sábado de 2009.

6:00 Atinas a la cuarta a meter la llave en tu cerrojo y abres la puerta de tu casa.
6:04 No abres la luz para no despertar a tu churri y te das contra una silla, una pared, una puerta abierta y tropiezas con tus zapatillas de andar por casa (nota mental: despejar el pasillo antes de irte para que a la vuelta no te suponga un campo de minas).
6:05 Te quitas la ropa apestosa a tabaco y te metes en la cama.
12:00 Te despiertas de golpe con esparto en la boca. Necesitas AGUA y con urgencia.
12:01 Te arrastras hasta el wc, la cocina queda en Mordor, morirías deshidratada durante el trayecto.
12:09 Vuelves a la cama. Tienes una resaca de 6 sobre 10. No está mal para haber pasado la treintena.
12:10 Informe de daños.
 

12: 15 Te vuelves a dormir.
14:05 Te despiertas famélica. Tu novio está cocinando y la casa huele a gloria.
15:00 Con el buche lleno de pesto os espanzurráis Häggen Dazs en mano en el sofá.
16:30 Peli + helado + siesta con final feliz.
19:00 Compras y preparación de cena en casa con amigos.
21:00 Cena.
23:00 Copeo.

Un sábado de 2011.

7:00 Los caracolitos rubios se arrancan con una saeta reclamando justicia a la vida y ofreciendo su alma al diablo por una litrona de biberón con cereales.
7:02 Te arrastras a la cocina a prepararlo bajo la atenta mirada de un pequeño hombrecito con su séquito de peluches en brazos que te vigila de cerca metiéndole caña al chupete (Jomío no chupa el chupete, lo degusta, lo mastica y cualquier día se lo traga).
7:10 Haces la correspondiente ofrenda de biberón on the beach a los caracolitos, que salen disparados al viento rumbo al sofá a ponerse cómodo. Te tumbas con él y te duermes.
8:21 Te despierta un golpe seco en la cara. No sabes dónde estás.
8:22 Informe de daños.
8:30 Despiertas al padre de una patada giratoria, te vas a la ducha y compruebas que anoche en lugar de la crema de noche te pusiste la pomada del culo de Jomío. Arrugas todas, pero escozor ni uno en las patas de gallo.
9:30 Os vais a desayunar con titapadri (aka maestra en fechorías) y al minuto el monstruo ha aprendido a sacar la lengua, hacer pedorretas con la boca llena  y a poner ojitos.
10:17 Mercado. Carantoñas y sonrisas a todas las marujas que se le cruzan.
12:00 Parque. Frustración de varios intentos de suicidio de Jomío tirándose de cabeza por el tobogán, atragantándose con tierra y robándole la pelota al niño más cani del parque que tiene 5 años y cara de estar oliendo un pedo.
14:00 Comida.  Tenedores voladores, cucharas catapultadoras de comida, cuchillos-baquetas, collage impresionista de tropezones en la pared… lo típico.
15:00 Siesta de la bestia. Tregua temporal mientras te aplicas en quehaceres domésticos.
17:00 Cantajuego, merienda y visitas.
19:00 Degustación de chocolates en una tienda delicatesen. Mientras os deleitáis con 2 copas de vino como 2 yonkis con un pico, se oye un ruido ensordecedor proveniente del fondo del local. Inmediatamente todas las caras de los presentes os miran a tu marido y a tí. Jomío ha tirado una estantería de cervezas de importación al suelo, 6 sólo se han abierto, el resto se han roto.
20:30 Mil disculpas, un VISAzo y varias birras después, padre, Jomío, 4 birras de importación impronunciables y tú volvéis a casa con media melopea.
21:00 Entre risillas procedéis a la inmersión del monstruito con pañal (por “despiste”) en el agua. Éste se hincha (el pañal, se entiende) y Jomío con su dedito porculeador lo rompe y esparce millones de bolitas transparentes y pegajosas de gel por toda la bañera. Muy divertido todo.
21:30 El padre sigue con la risa floja y le pone el pañal al revés, pero llegas a tiempo de enmendar el desaguisado.
21:38 Cena del pequeño.
22:30 Descanso de los caracolitos. Es lo que tiene hacer el mal, que agota.
23:00 Muerte por resaca tontorrona en el sofá.


** Aprovechas para dar las GRACIAS a Yo y mis mini yos y a Eviki del Blog Ya somos tres en casa, por el Premio Tu blog tiene duende. Muchas gracias a las dos :) ¿Mi palabra favorita? OUAIRE es una palabra en catalán que siempre me ha llamado la atención porque contiene las 5 vocales. Es poco inspiradora lo sé, pero se te llena la boca al pronunciarla, qué cosas tú ;o)

miércoles, 9 de noviembre de 2011

0,7


Y no se trata del eslogan de la plataforma del movimiento social por el desarrollo de los pueblos, si no de la “perturbadora” tasa de alcoholemia que diste hace unos años (y que prometiste que compartirías aquí) volviendo a casa en moto una noche de farra. P'haberte matao!!...



Habías tenido una semana horribilis de trabajo y en cuanto las 21h del viernes hicieron acto de presencia te agarraste a un Cosmopolitan como si no existiera un mañana. Querías que fuera una noche inolvidable, y vaya si lo fue…

A las 5 de la mañana y borracha hasta las trancas decidiste muy “inteligentemente” volver a casa en moto. Tus amigos poco pudieron evitar porque eres una artista de las bombas de humo y los escaqueos profesionales.

Primera esquina a la derecha y de repente en la oscuridad una figura (¿humana?) que te indicaba que pararas y te paraste. Y cuando abriste el ojo que llevabas cerrado y se alineó con el que estaba abierto, una luz de neón iluminó tus neuronas:¡¡Control de alcoholemia!!

Te bajaste de la moto, la plantaste a la primera (raro en ese estado) y entregaste al agente la documentación que te solicitaba. Ofreciste tu mejor sonrisa que abarcaba hasta los caninos.

Te enseñó el alcoholímetro. Ofreciste tu mejor sonrisa hasta los premolares.

Soplaste y marcaste 0,79. Ofreciste tu mejor sonrisa hasta los molares y te planteaste mostrarle un pezón.

Y te dice el agente: “Señorita, ha dado usted positivo (un lumbreras). Tiene derecho a una segunda prueba dentro de 10 minutos. Quédese donde podamos verla y no se ponga a correr ni a hacer flexiones porque no le va a servir de nada”. En eso estabas pensando precisamente, en hacer flexiones con tacones de 12 cmts y una melopea digna del Libro Guinness. Cuando te volvieron a llamar a los 10 min volviste a soplar. “Aguante, aguante, un poco más, sople un poquito más….vengaaaaa, un poco máaaaaaaas, no pareeeeeeessssss soplaaaaaaaa máaaaaaaasssss…no pareeeeeeeeeesssss”. No sólo te pusiste morada de soplar y con un mareo quepaqué, sinó que estás convencida de que el policía se puso palote.

Tendremos que llevarla al cuartel señorita, llame a alguien para que se haga cargo de su moto”.

Cojonudo. Borracha y detenida. Llamada al maromo.

¿¿¿Cariño???” Le susurraste al teléfono muy melosa. "¿Qué haces?...Ya ya claro, dormir…si si yo tendría que estar haciendo lo mismo…. ya… uuummm… ya….ahá…entonces lo de salir de la cama, vestirte y venir al centro porque me han parado, he dado muy positivo, me detienen y tienes que hacerte cargo de la moto mientras me llevan a Zona Franca a donde tienes que venir a recogerme,  como que te va un poco mal ¿no?" (silencio+suspiro).

Ya viene”, les dices a los agentes, toda chula porque tu superhombre viene a socorrerte y él todo lo puede. Eso sí, perdiste 50 churripuntos en su churriómetro.

Te llevaron al cuartel de Zona Franca. Estabas en una especie de despacho con 2 agentes. Uno de unos 40 años con facciones duras y expresión de mala leche y otro más joven de expresión más amigable. Típico: poli malo y poli bueno.

Que te sometieran a un tercer grado sobre tus datos, vida y costumbres o que tuvieras que cagar en un retrete roñoso y apestoso (sí, así eres tú: oportuna y con conexión directa nervios-esfínter de serie) no te molestó tanto como que te confiscaran el bolso y que lo vaciaran lentamente delante de tus narices y las de 3 polis más. Fue embarazoso y estresante porque nunca sabes exactamente lo que llevas dentro y porque en esa época bien podías haber llevado unas bolas chinas o una pistola de fogueo de una obra de teatro en la que participabas. Por suerte lo más "desconcertante" que apareció fue una pelota de golf y un destornillador (O_O).

"¿Sabes lo que es el Bicing?” te soltó el poli bueno."¿Y tú un buen sopapo?" Pero sólo lo pensaste. Y pusiste tu mejor cara de rubia tontalculo (esa la clavas) mientras te explicaba en qué consiste, y remató diciéndote: “Recuerda hasta el último detalle de todo lo que te está pasando porque después lo contarás y te cagarás de la risa”. De la risa no lo sabías, pero que te cagabas de los nervios era un hecho: el gran Kahuna pedía a gritos abandonar tu cuerpo.

En fin, te portaste como una auténtica princesa que se había perdido en el camino de vuelta a palacio y los policías respondieron al mismo nivel, elaboraron un informe impecable (delincuente pero fabulosa) sobre tu comportamiento e incluso dejaste escapar alguna pregunta absurda para que se reafirmaran en su papel autoritario y protector de niñas indefensas como tu.

Finalmente no estuviste más de 1 hora en el cuartel y no llegaste ni a pisar el calabozo. Te dieron permiso para irte y el poli bueno se ofreció a acompañarte a la salida. Justo cuando salías, un coche blanco se paró a tu lado, se bajó la ventanilla del conductor y una sonrisa profident te dijo: “¿Quieres que te lleve a algún sitio? He terminado mi turno.” Increíble, era el poli malo insinuándose. Rechazaste la invitación amable y estupefactamente.

Cumpliste con tu penitencia: retirada de carnet X meses, multa de X € y X días de servicios a la comunidad a lo Naomi Campbell. No has vuelto a pillar la moto en ese estado, los chalecos amarillos fosforito no van contigo ;o)

Moraleja: si bebes, no conduzcas (pero de VERDAD).

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Se busca



ÉL
Pequeño zulú salvaje de 3-4 años con una moto acorde a su tamaño.

ELLA
Madre rubia (de bote) con un móvil de última generación que merecía más atención que las maldades de su estirpe.

TARDE DE AUTOS
Sábado. Parque infantil. Tropocientos niños de 0 a 3 años jugando, correteando y desestabilizando el sistema parasimpático de los padres presentes. Todo dentro de la normalidad. 
De repente entra en escena un pequeño zulú montado en una mini-moto seguido de lejos de una rubia móvil en mano, y se va directo a un pequeño montículo donde los niños juegan. 
Se sube con la moto a cuestas y desde arriba la tira muy a conciencia y con mala ostia a los bebés que están sentados al pie del montículo.
La madre y/o responsable del zulú ni se inmuta. Media vuelta a la derecha y sigue dándole a la sin hueso por el móvil.
El resto de padres, todos muy educados (menos tú que ya se te están llevando los demonios), contienen los instintos asesinos (los tuyos campan a sus anchas con sed de venganza) y le indican al pequeño zulú que puede hacer daño a los bebés, que tiene que ir con cuidado. “Que te pires a tu p*** jaula, coño!” se te escapa por lo bajini (nota mental: apuntarte a clases de autocontrol, reiki, meditación y punto de cruz para canalizar tanta mala leche de combustión espontánea).
Le cogen la moto, la apartan de la zona de bebés y le indican que juegue un poco más “allá”. Sí, ahí justo, en el inframundo al lado de Satán, piensas tú.

En vista de que el pequeño zulú sólo se dedica a soltar patadas a diestro y siniestro sin criterio (bien podría dárselas a su madre o a tu jefe) y sin el más mínimo control por parte de la rubia ausente que sigue ocupada hablando por el móvil sin parar, apoyada en la valla de espaldas al escenario del crimen y sin amago alguno de hacer contacto visual con su cría, decides junto al resto de padres, coger a tu monstruito, ponerlo en la sillita y salir por patas. 

Cuando lo estás atando a la silla notas una presencia en tu nuca y te giras justo a tiempo para frenar con tu brazo derecho y parte de tu espalda la moto que venía volando en dirección a tu hijo. El terrorista te mira con cara de frustración porque la moto no ha hecho diana en los caracolitos de tu hijo mientras tus costillas piden justicia a grito “pelao”.

(1, 2, 3 yo me calmaré.... 4, 5, 6 todos lo veréis....)

Un grupo de bebés recordarán toda su vida como una mamá se puso como una energúmena con una tipa que decía: “no hay para tanto, sólo es un poco travieso”. 
Señora: tirar globos de agua es de traviesos. Tirar motos con efecto looping directos a la cabeza de bebés ajenos es de hijos de la gran puta sin control.

Voto por una ciudad con parques con segurata y derecho de admisión. Y ya puestos, gintonics gratis para los padres para hacer más llevadera la batalla que se libra ahí dentro.

Nota: Jomío no sólo no se llevó el “motorazo” (que sí se llevaron tus costillas) sinó que una niña le obsequió con sus dos primeros besos de motu propio en los labios. Has parido un rompe-bragas ^^