miércoles, 21 de abril de 2021

L·U·C·A

Esta mañana te ha dicho que mañana hará once años que vino a crear esta familia. Un enfoque muy suyo. En su día debió de veros un poco despistados y decidió venir a poner orden, ya como embrión dándoos lecciones. Sobre todo a ti que con cuarenta y dos años a veces tienes la madurez de una mesa y él con sus once tiene más inteligencia emocional que tú.

Es un buen niño bueno. Muy responsable y educado. Cada vez que salís juntos en bici va saludando a todo ser humano con el que os cruzáis, ya vaya en bici, a pie o en cosechadora. Siempre tiene una sonrisa y un “buenos días” para cada uno mientras tú vas gruñendo por lo bajini porque cuando pedaleas tienes todas las neuronas concentradas en que el sillín de la bicicleta no te haga otro hijo.

Es considerado, amable y muy sensible. Siempre preocupándose por todos los que le rodean, a veces demasiado y eso le hace sufrir. Es tan empático que va a pasarlo mal en muchas ocasiones. Esperas poder enseñarle a no sufrir o a sufrir menos, pero sin dejar de ser tan empático como es. También es un poco amante de las causas perdidas y se empecina en ayudar a quién considera que lo necesita. En eso se parece enormemente a su padre, son un par de idealistas y soñadores empedernidos.

Con él vuestra vida cambió exponencialmente a mejor, también dejasteis de dormir exponencialmente a una puta mierda, tradición que sus hermanos gemelos años más tarde mantuvieron, no se les fuera a ocurrir a sus padres dormir más de media hora seguida.

Por suerte tus genes en ellos finalmente han hecho acto de presencia en forma de marmota y ahora cada noche hibernan.

Es sincero hasta doler y eso a veces ha hecho tambalear tu autoestima de acero con sus dardos de amor. Pero dardos al fin y al cabo. “¿Ya vas a cocinar otra vez? Mejor dame besos que eso sí sabes hacerlo” o “Tienes la barriga fofa pero me gustas mucho”.

Él te inspiró a abrir el blog y fue durante años su protagonista indiscutible. Después llegaron el par de dos y tuvo que compartir cartel.

Es un digno heredero de dramabuelo, es todo un drama nieto con sus sentencias espontáneas como “Mi paciencia es escasa igual que las precipitaciones en la Cataluña seca” o como cuando se agobia de repente y sin venir a cuento porque en breve se convertirá en un adolescente y él no quiere porque “me volveré idiota de un día para otro y os contestaré mal y os enfadaréis siempre conmigo”. Dramabuelo está infinitamente orgulloso de él.

Le encanta el fútbol, claro que si a su padre le encantara la plancha extrema a él también le encantaría. Es su mini yo y tienen una de las relaciones más bonitas que has visto nunca.

En su primer partido como portero les metieron mil goles pero se lo pasó bomba, cuando terminó el partido vino corriendo hacia ti y te preguntó “¿Hemos ganado o hemos perdido?” No había ni hay niño más feliz en la faz de la tierra.

Es tan sociable que en cada viaje que habéis hecho con él habéis llegado al destino conociendo la historia de toda la tripulación de cabina y de los pasajeros colindantes. Y si su padre se lo lleva a un concierto se haces amigo de todos los que le rodean y cuando tocan su canción favorita todos al unísono gritan: "¡¡Luca es tu canción!!". Porque se ha encargado personalmente de explicarle a todo el mundo cuál es su canción favorita.

Sus hermanos gemelos son los niños más afortunados por tenerle como hermano mayor. Se preocupa por ellos y se deja mangonear todo lo que les da la gana. Nunca abusa de su posición de poder por ser el mayor e incluso deja que el competitivo de Mass gane siempre que hacen carreras de patinetes para darle el gusto. Aún no son plenamente conscientes de la suerte que tienen de tenerle.

Su hermano Leoncino no puede tener un mejor ángel de la guarda. Muestra una paciencia infinita con él (heredada de su caribeño padre) y se adapta siempre a sus ritmos. Te derrites cuando le ves metido en la cama de Leo con él haciéndole masajes para que se relaje, o explicándole cosas que sabe que a Leo le cuesta entender. De vez en cuando le achucha y le insta a que pruebe cosas nuevas pero siempre tiene la sabiduría de saber si es buen momento o no.

Como cuando con solo mirarte sabe si has tenido un buen o un mal día y en función de lo que vea se te lanza encima acribillándote a preguntas y a besos o bien hace el moonwalker hacia su habitación sin dejar de hacer contacto visual con la fiera (aka tú) por si le pegas un bufido. Y si has tenido un mal día sabe girar tu día 180 grados en un instante con su sola presencia y su verborrea.

Vienen tiempos duros, la adolescencia es una etapa súper importante para su desarrollo personal y puede llegar a ser una etapa muy dura. La afronta con una autoestima de titanio y deseas fervientemente que nada ni nadie le haga tambalear esa autoestima ni esa seguridad en sí mismo. Deseas que siga queriéndose y respetándose como lo ha hecho hasta ahora, que su padre, sus hermanos y tú le seguiréis acompañando, arropando y venerando hasta el infinito y más allá. 



T’estimem Luca.