lunes, 18 de diciembre de 2017

Viajar con niños.

Esa deliciosa tortura a la que los padres os resistís a renunciar. Al menos en vuestro caso.

Recientemente os habéis recorrido más de 3.000km por Europa con vuestra estirpe EN COCHE. Sí, en coche, ese receptáculo cerrado donde el culo de uno termina donde empieza el del otro.

Hombredepacienciainfinita y tú sois unos amantes de los road trips, viajes en coche de toda la vida. Cuando os conocisteis viajabais mucho en coche. Los dos solos, enamorados y libres. En el coche solo ibais vosotros dos y el reproductor de CD’s.

Ahora vais vosotros dos, tres energúmenos, un carrito gemelar, mil bolsas de viaje y una docena de “por si acasos”:

Por si acaso tienen hambre.
Por si acaso tienen sed.
Por si acaso tienen frío.
Por si acaso tienen calor.
Por si acaso se aburren.
Por si acaso vomitan.
Por si acaso vuelven a tener hambre.
Por si acaso se pelean.
Por si acaso se cagan.
Por si acaso no se duermen.
Por si acaso dan por culo.
Por si acaso dan mucho por culo.

Y aún y así debes reconocer que son carne de coche, como sus padres. Tenéis la marca en este último viaje por Europa: 3 países en 5 días, 3.500 km, viajes de 15 horas, de las cuales el trío calavera solía dormir 11 del tirón. No os podéis quejar. Sólo tuvisteis cuatro percances, uno por chico.

Percance#1: Leo.

En cuanto parasteis en un área de servicio a Leo le empezó a asomar la mierda por encima del pañal. Así que te fuiste directa al cambiador con él y cuando lo tenías desnudo de cintura para abajo pero con todo el culo aún pringado de mierda huyó de la sala porque no habías corrido el pestillo y empezó a correr entre la gente con el culo lleno de chorretones marrones.


No sabéis lo que es correr con las manos pringadas de mierda detrás de una hiena histérica con el culo sucio al aire entre gentes de bien. Además este gemelo es el que tiene autismo y no siempre responde cuando le llamas, ni reacciona siempre al berridomadre comunis. Que tensión copónbendito… Rezabas para que no tocara nada ni a nadie. Finalmente le diste alcance y lo cogiste en brazos por las axilas manteniendo el culo en cuarentena del mundo y de toda vida humana y te encerraste con él en el cambiador.


Percance#2: Mass.

Mientras pasabas el pestillo en la puerta de cristal para que no se repitiera la escena visualizaste al otro gemelo SOLO llorando atrapado entre dos puertas automáticas aporreando sus manitas contra el cristal porque las puertas no detectaban su presencia y no se abrían. Encima la puerta de su espalda daba a la gasolinera y si alguien pasaba y se la abría seguro que iba a huir corriendo hacia los coches. I N F A R T O G O R D O G O R D Í S I M O.

En ese momento apareció frente a ti al otro lado de la puerta de cristal el padre con cara de satisfacción tras conseguir entenderse en francés con la chica de la caja y cargado de bocadillos.

“¿De qué lo quieres?”

Tu respuesta fue muy concisa, directa y eficaz: “¡¡¡¡¡¡LEOOOOOOOOOO!!!!!” Con los ojos fuera de tus órbitas y señalando con mirada asesina a sus espaldas. A lo que una voz de 7 años que se había plantado al lado del padre dijo: “Es Mass, a Leo lo tienes secuestrado tú”.

Menos mal que tu marido aún conserva sus reflejos de portero y salió disparado a liberar al gemelo atrapado dejando a Jomío a cargo de los bocadillos.

Y ojo al concepto de tu hijo mayor de tus capacidades como madre, que te llevas a uno de sus hermanos para cambiarle el culo y considera que está secuestrado.

Percance#3: Jomío.

El siguiente percance fue al cabo de 600 kilómetros tras recibir en pleno cogote un proyectil de salpicadura de vómito de Jomío. Como buena madre histriónica que eres, cada dos minutos te girabas para comprobar que seguían ahí detrás los tres. Y en una de éstas Jomío abrió el gaznate sin previo aviso ni queja y salió disparado un festival de ácidos hacia tu persona, en realidad hacia el cambio de marchas. Tuvisteis que hacer parada técnica en mitad de la autopista. De noche, lloviendo y con Jomío en calzoncillos bailando una sardana en la cuneta limpiasteis el desaguisado con las todopoderosas y corrosivas toallitas húmedas de bebé. Mientras tanto los gemelos siguieron roncando, ni se inmutaron a pesar del coche totalmente abierto, el frío y la lluvia. Tus hijos no duermen, entran en coma.


Percance#4: El padre.

Más que percance fue poner a prueba el sistema nervioso y umbral de la paciencia de ésta, la que escribe. Al padre de tus hijos le entró la puta cabezonería de querer atravesar con un solo depósito y sin repostar desde Luxemburgo hasta España, atravesando Francia entera. De noche. Con tres niños. Lloviendo a cántaros. 
Lo conseguisteis pero llegasteis a la Junquera con el coche seco como una pasa, tú histérica perdida porque no soportas ir en reserva y vuestro matrimonio colgando de un hilo. Y mientras tanto tus tres fieras roncando plácidamente totalmente ajenos a la tragedia en la parte delantera del coche.

Debes reconocer que viajar en coche con tus hijos es de las cosas más fáciles que podéis hacer, y de las que más os gustan a los cinco sin excepciones. Yes we can!

lunes, 4 de diciembre de 2017

Siempre positivo, nunca negativo.

Hace una semana saliste del armario azul compartiendo públicamente que uno de tus gemelos tiene autismo. Y oye, que maravillosa manera de recibir amor y cariño desde todas las partes del mundo hecha un bicho bola en el sofá de tu casa. Fue una experiencia religiosa (muy muy guay, para los millenials).

Y como escribir te debe alinear lo chacras porque te sienta de putísima madre, no vas a dejar de hacerlo. No pretendes erigirte como una experta en autismo porque nada más lejos de la realidad, como dice Melissa Tuya: “Yo no soy experta en autismo, yo soy experta en mi hijo, que tiene autismo”.

Una de las muchas cosas de las que te has dado cuenta con el autismo de tu hijo es que no se te va el sentido del humor ni con agua caliente y te congratulas por ello. Eso no quiere decir que no tengas tus momentos, momentitos y momentazos de drama, llorera y bajón, que haberlos haylos y los seguirá habiendo. Pero también hay momentos en los que en el mismo bajón te descubres abrazada a tu hermana llorando y diciéndole entre hipadas de mocos: “hi….hi..hiii……Leo tiene autismo….buaaaa…buaa…..no sabemos si algún día hablará…hiiiii…..y su gemelo ahí al lado...hiiii.....como una cotorra hablando con desconocidos…buaaa…que ya podría ser a veces un poquito más autista como su hermano y no dar por culo al prójimo …buaaaa…buaaa…..” Que la pobre de tu hermana no sabe si reír, llorar o las dos cosas a la vez.

Así que como el positivismo no hay que perderlo te has permitido la licencia de hacer una lista de las cosas positivas que le encuentras al autismo de tu hijo, porque no va a ser todo malo. A saber:

  • Le encanta viajar en coche. Aguanta muchísimas horas y es el pasajero ideal: no da la brasa. El problema está en que para él un trayecto no se considera viaje si no necesitas el pasaporte y tres monedas distintas. Un trayecto de 8 horas en coche lo considera un paseo por el extrarradio de su casa válido para pasar un ratito, cortito.
  • En casa no monta escándalos. No le gusta torturar a sus hermanos y no genera caos. Promueve la tranquilidad.
  • No tiene síndrome de abstinencia de mamá. Te deja cocinar, leer, atender asuntos de trabajo y lo más importante de todo: CAGAR sola. El otro sigue pensando que la intimidad en el baño está sobrevalorada.
  • No hace daño. No tiene maldad ni malas ideas. Porque tirar una escoba por la terraza desde un ático no es maldad, es una clase práctica de física mecánica y los efectos de la gravedad.
  • El mundo desaparece para él cuando los números, las letras o la música entran en contacto con su materia gris. Lo que te permite echar algunas cabezaditas rápidas muy ricas porque sabes que va a estar los siguientes 20 minutos estático en su sitio.
  • Tiene una memoria soberbia. Ha aprendido a contar en inglés hasta 100 y se sabe el abecedario de memoria hacia delante, hacia atrás, en castellano, catalán e inglés. Mejor que tú.
  • No es nada rígido. Se adapta a todo sin dificultad. Le dices: “a dormir” y él solito se va a su cama. Al otro gemelo le dices “a dormir” y sufre convulsiones y posesiones demoníacas como poco.

En realidad, tu león de tirabuzones rubios sólo tiene una cosa negativa:
  • Tiene autismo.
Pero también te tiene a ti, a su padre, a sus dos hermanos cabezotas y amorosos, a vuestras familias, amigos y un montón de gente que sin conocerlo le envía energía positiva y buenos deseos. Es un niño que lo tiene TODO :-)