Día 14 de mi cautiverio en la guarde.
Mis captoras siguen provocándome con móviles de animalitos y canciones empalagosas y cansinas.
Desayunan bocatas de ibérico mientras a los demás nos alimentan con fruta, papillas y alguna galleta. Pese a que demuestro mi desdén con fuertes manotazos y grititos castrati asincopados tengo que comer, debo mantenerme fuerte.
Sigo con mi objetivo de no volver más aquí.
En un intento de darles asco he pegado mocos en los juguetes y baboseado los libros.
Hoy he metido todas las bolitas de colores en uno de los botes vacíos. Esperaba que les provocara miedo en sus corazones puesto que les he demostrado de lo que soy capaz. Sin embargo me han aplaudido y han hecho comentarios condescendientes sobre lo "monísimo" que soy.
Hoy no han venido 3. He oído algo de una fiebre y un virus. No sé que son ni para qué sirven pero tengo que averiguar qué significa y utilizarlo en mi favor.
Estoy seguro de que los otros prisioneros son esbirros y chivatos. El que no camina tiene privilegios especiales y continuamente lo cogen en brazos. Cada mañana cuando llega sonríe, evidentemente es retrasado.
Seguiré estudiando la manera de no volver nunca más aquí...
Jomío rules.
**nota: adaptación by la rubia de un texto que localicé hace un par de años y que guardé sin la referencia.