Y tiene metabolismo caribeño.
Le encanta el picante. Para él se escribe “picante” pero se lee “no hay huevos”. A punto habéis estado en alguna ocasión de ir a urgencias porque se ahogaba.
Cuanto
más hace estocon la mano
mejor italiano cree que habla.
En otra vida debió de ser una gallina porque come pipas y altramuces a velocidad supersónica.
Le
encanta que le toquen el pelo. Le anula cualquier atisbo de voluntad.
Tiene
tamaño XL pero le encanta ir en mini.
Es
capaz de distinguir todas las tonalidades de la paleta de colores Pantone y de
hacer combinaciones espectaculares entre ellas, pero es incapaz de combinar los
colores de la ropa de los niños.
Una
vez se metió 12 mentos a la vez en la boca. Se le abrió hasta el ojete.
Tiene
flow. Mucho flow.
Tiene
las manos muy bonitas pero los pies de belleza discutible.
Forma
parte del AMPA de la escuela de vuestros hijos y es el contacto oficial de
emergencia de esta casa. El día que a los gemelos les dio por hacer el Marie Kondo
por la terraza y tirar de todo a la calle, todos los vecinos le frieron el
móvil a llamadas y a ti ni una.
Se preocupa porque Jomío adquiera buenos hábitos de estudio y disfrute aprendiendo. No como tú que empollabas el día antes, vomitabas el contenido el día después y llorabas porque te resultaba una tortura.
El autismo de vuestro hijo no le coarta. Le gusta ir a sitios con los niños que tú antes te lo pensarías dos veces y siempre le sale bien. El binomio papá Leo siempre funciona.
Toca el clarinete y le encanta descubrirles a los niños la música clásica y sus grandes compositores y obras. Así tenéis a Alexa, bien confundida entre Cantajuegos y el Canon de Pachelbel.
Le
gusta aprender de todo y cosas muy dispares, desde el origen de la vida hasta el cambio de pelaje testicular del macaco del norte de África.
Nadie
se discute con él si él no quiere.
No
es perfecto, pero se acerca.
Feliz día del padre, hombredepacienciainifinta.
T’estimem.