miércoles, 30 de noviembre de 2016

#ElTemaDeLaSemana: ¿PREFERÍAS NIÑA O NIÑO?

Niño. Porque te has criado entre muchas mujeres y sabes perfectamente lo que son seis chicas adolescentes bajo un mismo techo y no querías vivirlo ocupando el rol de reina madre. 


No tienes ninguna queja de tu infancia y adolescencia OJU 
pero siempre has querido probar el lado oscuro y tender calzoncillos.

Niño. Porque se necesitan más buenos hombres buenos en este mundo machista.

Niño. Porque tu egocentrismo te pedía a gritos ser la única abeja reina de la colmena.

Niño. Siempre niño. Como no has tenido hermanos, querías hijos aunque no contabas con las dudas que te surgen a la hora de enseñarles a gestionar las cosas típicamente de niño para las que estás preparando un pequeño workshop doméstico:

"Hacer pipí de pie.¿Es necesario que mees las paredes cada vez que vas al baño?" 
Clases prácticas de puntería impartidas por tu padre y de collejas voladoras si no atinas, impartidas por tu madre.
*plazas limitadas.

Y el karma, la genética o los dos juntos te hicieron caso y has tenido niños. Bravo.
Pero se te olvidó especificar la cantidad y en el segundo embarazo te enviaron dos de golpe, copón.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Personalidades.

Tus gemelos, tan iguales por fuera y tan diferentes por dentro.

Uno es tekki 100%. En cuanto entra un dispositivo electrónico en su campo de visión se le ponen los ojos en blanco y un irrefrenable deseo de posesión se apodera de su mini ser y no para de dar por culo hasta hacerse con ese dispositivo ya sea móvil, tablet, portátil o cosa pequeña con lucecitas y ruiditos infernales. Sin embargo al otro la tecnología le come los huevos. Si le dejas un móvil cerca lo ningunea, a él le gustan las peonzas de toda la vida y los juguetes de madera. Tu otro gemelo es amish.

Mientras uno es espontáneo, simpático y decidido, el otro es reflexivo, observador y muy serio.
Cuando al primero le haces una carantoña en seguida responde con un “¡Bieeeeeeen!” Y el otro tras exactamente la misma carantoña te mira condescendientemente con cara de “te perdono” y sin emitir sonido alguno se aleja de tu vera dejándote con sensación de subnormal profundo irreversible. 

Sin embargo, este mismo gemelo, amish, serio, digno e introvertido adora la música por encima de todas las cosas, animales, personas o Marios Vaquerizos. Canta maravillosamente bien, entona perfectamente y con oír una vez una melodía la reproduce igual pero mejorándole la letra: “tata coqui coqui bababa tatatataaaaaa….”. El gemelo tekki, sociable y extrovertido la baila sacudiendo el culete, se aplaude por lo bien que lo ha hecho y ya, a otra cosa.
Tienen el pacto no escrito de enfermar en días alternos para así asegurarse de que no te relajes y que sigas manteniéndote ágil a las 4 de la mañana "apiretalando" bebés a oscuras.

En cuanto a la comida engullen a la par y comparten gustos salvo en cuatro alimentos muy concretos: queso y sopa versus pan con tomate y magdalenas.

Uno adora el pan con tomate y las magdalenas que son las dos cosas que no hay manera que coma su hermano y los mismo pero a revés con el queso y la sopa. Curioso. Porculero pero curioso.

Lo que sí comparten al unísono y con sumo furor es su pasión por una misma cosa: su hermano mayor.


El cafre de Jomío es su atracción, entretenimiento y torturador preferido, y en cuanto le ven entran en convulsión por salir corriendo tras él, bueno dando saltitos y grititos de eunuco. Son sus groupies particulares, le reciben en casa con los honores de un sultán lanzándole piezas de lego, tirándose encima de él y provocándole para que juegue con ellos y les torture un rato.

Vuestro salón ya no es un salón, es un ring de boxeo muy cuqui.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

#ElTemaDeLaSemana: ACOMPAÑADA...HASTA EN EL VÁTER.

Acompañada siempre. 

Desde el momento en el que tienes tu propia descendencia dejas de hacer cosas sola. Cosas nimias como respirar, pensar, vivir o cagar. Al principio te da corte “aix que el niño me está mirando” y llamas al padre para que saque al jodío criaturo del baño. Con el segundo pasas, has aprendido a apretar aguantándole la mirada fija a un mico de 95 centímetros y con el tercero directamente te esmeras por asustarlo a pedos de madre y que huya despavorido a la seguridad inodora del salón y la ruidosa compañía de sus hermanos.

En casa de tus padres el baño principal lo rebautizasteis como "Staff meeting room".  Allí se exponían los temas a tratar y se trataban, se valoraban pros y contras y se tomaban decisiones importantes, sobre todo con tu hermana: “Qué me pongo”, “Qué te vas a poner” y “¿Se me nota la compresa?” fueron algunos de los hits en los 90's.


En tu propia familia de momento el baño sigue siendo el baño, y aunque siempre acompañada, de momento ahí te limitas a asearte y a espantar hijos a pedos porque si algo has aprendido de tu convivencia con cuatro varones es que si no puedes contra el enemigo, únete: ¡pedos (e hijos) fuera!.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Higiene personal.

Cuando eres una neurótica de la higiene personal y tienes tres hijos pequeños, en alguna parte del cosmos el karma se está partiendo el culo pero bien.

Numerosos estudios por la Universidad de Villapene demuestran que es matemática, genética y humanamente imposible mantener el listón de higiene personal alto en tres niños pequeños a la vez.

Cuando nació Jomío, te viniste rápido arriba: “Voy a criarlo súper bien, voy a llevarle siempre impecable, monérrimo, limpísimo, relucientísimo, a juego conmigo, con su padre, la abuela, la vecina y el Doodle de Google. Va a ser el niño perfecto y yo la madre perfecta, la… “.

La flipada perfecta. Si consigues que cada mañana salga de casa sin el pijama y sin legañas en la cara, ya sientes que has alcanzado el nirvana materno. 

No obstante sigues empecinada en que puedes hacerlo mejor, pues al nacer los gemelos el umbral de la higiene bajó hasta el núcleo interno de la tierra. Sobretodo por la mañana para ir a la escuela. Es, de lejos, el momento más estresante del día: despertarles (porque tus gemelos dan por culo por la noche pero con el alba entran en coma), convencerles de que "sí, hoy TAMBIÉN hay que ir al cole", desayunos, vestirlos, fiambreras con bocadillos, bolsas preparadas, poner chaquetas, domesticar los pelos, dientes limpios, legañas fuera... too much. Siempre queda algo por hacer o alguien con pintas de náufrago. El viernes se te olvidó peinar a Jomío, "tú di que eres grunge" fue lo que atinaste a decirle en el coche de camino al cole, ese es tu nivel de madre "perfecta" a las 8:53am.

Uno de tus objetivos es conseguir que este trio sea algún día autónomo en lo que a hábitos de higiene se refiere y eres consciente de que necesitas tiempo porque aún son muy pequeños, pero la materia prima dice mucho del camino que tenéis por delante y cagada no, lo siguiente estás.

Porque con apenas 6 años y 22 meses tienes en casa tres proyectos de persona a los que YA les huelen los pinreles a escroto de camello podrido.

¿Cómo puede ser que a tus gemelos de 22 meses el olor corporal de bebé comestible les llegue sólo hasta los tobillos y a partir de ahí hacia abajo sea zona radioactiva?

Cada noche tienes que sacar sus bambitas a la terraza para no aniquilar a todo bicho viviente de la casa, mientras las del padre, que calzan dos pies del 45 con toda su testosterona y sus dedos peludos, pueden pacer tranquilamente en el interior porque no desprenden aroma ninguno.

Tan cuquis y letales a la vez...

Tú ves los bebés de tus amigas o los de las redes sociales de conocidos y desconocidos, y ninguno de ellos te sugiere que les apesten los pies, ninguno. Todos y cada uno de ellos te sugieren que sus pinreles huelen a nubes, a algodón de azúcar, a arco iris de caramelo. Los pies de tus hijos huelen a sobaco turco.


Y deberías de ponerte ya con la pelea de la higiene bucal de los gemelos pero no te ves con fuerzas. Ya tienen todos los dientes y muelas y tienen la boca tan grande que no hay dos piezas que se toquen, parecen dos rapes, lo que facilitaría enormemente la higiene bucal si consiguieras mantenerles la boca abierta lo suficiente porque no hay manera. Sólo la mantienen abierta si hay cantidades ingentes de comida en su campo de visión. Ya te has llevado más de un mordisco de piraña enfurecida por intentar lavarles los dientes. Así que de momento lo dejas para más adelante cuando entiendan que si te vuelven a morder les calzas una yoya que se despiertan en la universidad.

Que tengáis una buena (e higiénica) semana.