jueves, 28 de marzo de 2013

Si fuera...

Si fuera un animal sería un velocirraptor porculero. Rápido, cansino y letal. Ej: "Mamá croquetas" -Sí cariño, las estoy haciendo. "Mamá croquetas." -Que sí Jomío. "Mamá croquetas". -Jomío, mira cómo las hace mamá, ¿las ves? "Sí. Mamá croquetas". Y así...
Si fuera un libro sería cualquiera de educación vial. Ama los coches y los semáforos. Su maestro: su padre. "Mira Jomío, cuando el semáforo está en rojo quiere decir que no se puede pasar, cuando está en verde quiere decir que sí, y cuando está en naranja que te metas caña que no llegas".
Si fuera una película sería una de Pixar (Toy Story, Cars, Wall-e…), con todos los extras, comentarios del director y making of.
Si fuera una canción sería Sol solet o la Lluna la pruna (cultura popular catalana) cantada a su bola mientras tortura una guitarra del abuelo.
Si fuera un deporte sería atletismo, especialidad "huida haciendo la croqueta".
Si fuera un numero sería el “nou” (nueve). En su mundo todo está a 9 minutos. “Jomío a comer” – ¡9 minutos! "A la cama" – ¡9 minutos! Etc...
Si fuera un día de la semana sería cualquiera, se la suda el calendario. Bravo por él. 
Si fuera una comida sería sopa de estrellas y croquetas. Alta cuisine en casa.
Si fuera una bebida sería el agua con jabón de la bañera, cualquier día caga pompas.
Si fuera un signo del zodíaco sería el que es, uno muy cabezón.
Si fuera un objeto sería un coche, un semáforo o una croqueta.
Si fuera una letra sería la A. El abecedario de Jomío se compone de la letra A, dos onomatopeyas y un puñao de sonidos guturales.
Si fuera una palabra sería NO. Por supuesto.

Si fuera un verbo sería REÍR. Se descojona de todo. No para. Se ríe de lo bueno y de lo malo. Es un "faltón".
Si fuera un color sería amarillo o rojo. Pasión por los colores de su bandera.
Si fuera una flor sería una mala hierba del borde del camino. Siempre las arranca y te las regala a modo de ofrenda. Tú, por supuesto, cagas amor.
Si fuera un idioma sería catañol. Ni catalán ni castellano.
Si fuera una parte del cuerpo sería un par de palas come-perniles como dos yogures naturales.
Si fuera una hora del día serían las 6 de la mañana. Hora de colarse en vuestra cama con su flota de vehículos de TMB. Cada noche a os acostáis dos y os levantáis siete. Ayer te despertaste con el 22 clavado en las costillas.
Si fuera una cosa del espacio sería una estrella pequeñita muy brillante. Y se alimentaría de croquetas cósmicas.

Si fuera mejor, no sería Jomío.
  
Felices vacaciones

jueves, 21 de marzo de 2013

Ninfóvulos.

Existen los oocitos, los óvulos y después están los NINFÓVULOS, presentes en los úteros suecos y en el tuyo.

Hace unos días jugando con whatsapp, fuente inagotable de sorpresas como la recepción de una foto de Jomío sonriendo mientras estás cagando o de un gato con voz chillona diciendo “que tá mu güenaaaaaa”, apareció una de tus amigas suecas con una inesperada pregunta-trampa que tenías que responder en menos de 15 segundos si no querías perder toda credibilidad como amiga espontánea y sincera.

Hi churri (love that word, hahaha), ¿tardaste mucho en quedarte embarazada? Llevamos 3 meses follando 4 VECES AL DÍA y no siento nada”.

¿Y él se siente los huevos? Porque los debe tener como uvas pasas".  

Inmediatamente te pusiste en pié y ovacionaste al marido de tu amiga con un sonoro aplauso al grito de BRAVO y CAMPEÓN. 

"A tí lo de los días fértiles no te lo han contado, ¿verdad?".


La conversación acabó con un: “Bueno churri, te dejo que voy a seducirle”. Seguido de estos emoticonos y en este orden:

Aún hoy no entiendes que cojones se supone que quería decirte con estos emoticonos. Por si acaso desde aquí quieres pedir una oración por el culo del marido de tu amiga.
 
Lo que sí está claro es que 4 veces al día es obra de los ninfóvulos, y unos muy profesionales además.
 
En ese momento se activaron los tuyos: los óvulos ninfómanos, óvulos diseñados para la procreación por la procreación. Óvulos constantemente ávidos de esperma, con sed de procreación continua, los ninfóvulos un día dominarán el mundo.

Tu marido te repite una y otra vez que aún no es el momento de repetir hazaña.
No es el momento, pero bien que se baja los calzoncillos cada vez que llegas a casa. Y así no te ayuda.

Insiste en que debéis esperar por lo menos un año más, 365 días. Y ahí tenéis un problema y gordo. Porque no podrás mantener a raya a tus ninfóvulos malignos durante todo un año, imposible. Antes te preña la mesa, o el galán de noche, que el nombre ya lo tiene.

Que los ninfóvulos de tu amiga sueca tengan ganas de reproducirse es comprensible, será (si su marido no muere en el intento) su primer hijo, su primer embarazo y su primera experiencia como madre. Únicos e irrepetibles.

Pero ¿los tuyos? Lo de tus ninfóvulos es vicio y mala leche. Vicio disfrazado de instinto maternal pero vicio al fin y al cabo. Y mala leche porque se confabulan con la oxitocina para que se te olvide lo chungo: náuseas, retenciones de líquidos, comadreitor,  engordar 13kg, pedos de madre, noches sin dormir... 

Entre la oxitocina, los ninfóvulos y la primavera estás hasta las pelotas. Te vas a ir al monte a comer castañas, a ver si así las hormonas te dan un respiro.