jueves, 17 de febrero de 2011

Pregnant homework

Hay dos cosas que toda embarazada que se precie debe hacer durante su embarazo.

La primera es ir a comprar ropa pre-mamá. A pesar de que tu barriga dista mucho de ser una barriga redondita y gustosa, te plantas con tu barriga pseudomorfa con lorza incluida en una de las tiendas de ropa pre-mamá de Barcelona más cool (super chachi en lenguaje de preñatiz). Tras echar un vistazo a todo el surtido de modelitos y escoger unos 12, te diriges al probador y compruebas que todo en la tienda es XXL excepto el vestidor. ¿Cómo pretenden que tu maxi bolso, Garban, los 12 modelos y tu culo quepan aquí dentro? Y peor aún: ¿y que encima te desvistas y te vistas?...

Muchos años de danza clásica avalan tu elasticidad y consigues encajonarte en el zulo, colgar las prendas y desvestirte. Justo cuando estás en tanga (rosa chicle) y sujetador se abre la puerta y aparece la dependienta con una semi esfera de plástico transparente con gomas elásticas y te la da. ¡¡Es una barriga de plástico!! Le gritas a la pobre mujer de metro y medio que deduce que no sólo es lunes si no que encima le ha tocado a la novata dominguera y escandalosa. Y te la coloca. Es una barriga de plástico de 8 meses para comprobar que la ropa te irá cediendo a medida que la tripa vaya aumentando de tamaño. ¡¡Y qué bien te queda oye!! ☺

Al momento sales del probador con tu barriga postiza y el primer modelito y te pones a posar delante del espejo como una embarazada profesional:  mano en los riñones con cara de cansancio, caricia con mirada maternal sobre barriga, media vuelta a la izquierda, otra a la derecha, doble giro con mano en los riñones y cara de náusea…ante el sigiloso movimiento de alejamiento de la dependienta de la zona VA (Vergüenza Ajena) asumes que ya has hecho suficiente el mongolo y debes empezar a fijarte en la ropa que llevas y no en tu estupenda y espontánea barriga de plástico.

Varias combinaciones después decides qué prendas vas a llevarte: todas farda-barriguita. A la hora de pagar la dependienta te pide que le devuelvas la barriga pero tú no quieres quitártela, te queda tan bien, es tan mona y pesa tan poco que quieres llevártela puesta, pero la dependienta insiste y dos forcejeos más tarde te ves obligada a renunciar a la barriga y se la devuelves refunfuñando y ofendidísima.

La segunda cosa que decides hacer en ese momento es ir a la Casa del Libro. Ya es hora de culturizarse un poco en manos de profesionales. Así que preguntas por la sección especializada en maternidad y te personas ipso facto delante de una infinita estantería de sabiduría y conocimiento acumulado esperando a ser descubierto por una preñatriz como tú. Entre las maravillas que te encuentras, descubres auténticas “perlas” como éstas:

- Manual de supervivencia para mamás estupendas (o sea…)
- Guía para el padre novato (librito de 50 hojas con muchos dibujitos y frases cortas)
- La aventura de ser mamá (o la putada, según se mire)
- Tenemos que hablar de Kevin (Costner José…cuando ignorancia y mal gusto van de la mano)
- Como la seda (a ésta le fue muy bien)
- Con tal de no morir (a ésta no)
- A punto de estallar (gráfica manera de describir el embarazo)
- Puta linda (puta sí, linda discutible)
- El secreto de las madres felices (no tener hijos)
- La mujer: reina e indomable. ¡Vive lo que tú eres! (guía de autoayuda para feministas mal folladas)
- Mamá es sexy: manual de supervivencia sensual para madres (mamá y sexy en la misma frase?..)
- Estoy embarazada ¿y ahora qué? (reza)
- …

Compras los dos primeros y uno que te han aconsejado sobre la lactancia materna para ilustrarte un poco sobre el tema. La verdad es que el primero te deja bastante que desear, se trata de la experiencia de una periodista especializada en moda que en su primer embarazo engordó 25 kilos y se pasa medio libro diciendo qué sí puedes y qué no puedes comer, en realidad parece una guía para embarazadas bulímicas.

El segundo está muy bien, es divertido y muy gráfico. No sabes si tu marido se hará un experto en la materia pero desde luego se pasa el día con las narices metidas en el libro y haciéndote preguntas del tipo: ¿sabías que el parto puede durar hasta 36 horas?...

¡¡Si es que es peor el remedio que la enfermedad!!

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